El grupo Talibán que se hizo con el poder en Afganistán procura que Turquía garantice la seguridad del puente aéreo y así se puedan restablecer los vuelos comerciales.

Zabihullah Mujahid, el portavoz Talibán, quiere llevar tranquilidad a sus compatriotas, al menos cuando se expresa públicamente.

Anunció que habrá un plan para que el aeropuerto pueda reanudar sus actividades y reiteró la promesa que ya había hecho El Talibán de permitir los vuelos comerciales para 
quienes se quieran ir, pero antes reiteró el llamado a quedarse en el país.

"Queremos que nuestros residentes no se preocupen, Afganistán es nuestra casa común, nos quedaremos aquí, no debemos escapar y no tener miedo. En segundo lugar, si la gente quiere irse para elegir una vida segura, se lo facilitaremos; pero de manera legítima, deben tener una visa y así podrán volar por el aeropuerto", señaló.

Por su parte, el Gobierno de Recep Tayyip Erdogan advirtió desde el domingo que primero se necesitan ciertas reparaciones.

Los informes de inspección que elaboró Turquía muestran los daños que tienen las pistas, torres y terminales, incluidas las del lado civil del aeropuerto, que deberán ser reparadas.

"Se necesita personal para esto. Asimismo, se debe proporcionar el equipo requerido", precisó el ministro de Relaciones Exteriores de Turquía, Mevlut Cavusoglu.

La razón por la que El Talibán buscó a Turquía es que ese país, miembro de la OTAN, es el que ha sido responsable de la seguridad del puente aéreo en los últimos seis años.

Además, los gobiernos de Francia y Reino Unido están gestionando por la vía diplomática la creación de un corredor humanitario para garantizar que tanto los afganos como los extranjeros que quedan en el país y quieran irse de Afganistán, puedan hacerlo libremente.

De hecho, la semana anterior la OMS advirtió que sin el acceso a ese aeródromo, muchos implementos clínicos comenzaban a escasear en Afganistán, recuerda el sitio  France24.com

El Secretario de Estado de los Estados Unidos, Antony Blinken, calcula que cerca de 200 de sus ciudadanos continúan en territorio afgano; mientras que la canciller alemana, Angela Merkel, cree que todavía hay entre 10.000 y 40.000 empleados locales que trabajan para organizaciones humanitarias y que tienen derecho a ser evacuados a Alemania.