Estados Unidos está reprimiendo el desarrollo de China, se quejó el ministro de Asuntos Exteriores del gigante asiático, Wang Yi, durante las conversaciones con su homólogo estadounidense, Antony Blinken, de visita en Pekín para resolver las diferencias comerciales y políticas entre las superpotencias.

El secretario de Estado norteamericano tenía previsto pasar varias horas con Wang en reuniones a puertas cerradas en la Casa de Huéspedes del Estado Diaoyutai, así como en un almuerzo de trabajo, mientras ambas partes intentan mantener el progreso en los lazos a pesar de una agenda amplia y compleja.

Mientras ambos se instalaban en su sesión inaugural, Wang dijo a Blinken que el "barco gigante" de la relación China-Estados Unidos se había estabilizado, "pero los factores negativos en la relación siguen aumentando y construyéndose".

"Y la relación se enfrenta a todo tipo de perturbaciones. Los legítimos derechos de desarrollo de China han sido suprimidos de forma irrazonable y nuestros intereses fundamentales se enfrentan a desafíos", afirmó.

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Blinken respondió que era necesaria una "diplomacia activa" para avanzar en la agenda fijada por los presidentes Joe Biden y Xi Jinping cuando se reunieron en San Francisco en noviembre.

"A nuestro juicio, no hay sustituto para la diplomacia cara a cara", comentó Blinken, añadiendo que quería asegurarse de que "somos lo más claros posible sobre las áreas en las que tenemos diferencias, como mínimo para evitar malentendidos, para evitar errores de cálculo".

Blinken y Wang se reunieron en una casa de huéspedes que forma parte de un extenso complejo de villas, lagos y jardines donde fueron sido recibidos numerosos dignatarios extranjeros, entre ellos el entonces presidente de los Estados Unidos Richard Nixon.

A pesar del aumento de los intercambios de alto nivel y de los grupos de trabajo que abordan cuestiones como la mejora de la comunicación militar y el comercio mundial, persisten marcadas diferencias.

Horas antes de que el avión que trasladó a Blinken aterrizara en China el miércoles, Biden firmó un proyecto de ley bipartidista que incluía 8.000 millones de dólares para contrarrestar el poderío militar chino, así como miles de millones en ayuda a la defensa de Taiwán y 61.000 millones para Ucrania.

La disputa sobre el mar de China Meridional también sigue siendo un punto álgido, mientras que Estados Unidos está ansioso por ver más avances en la reducción del suministro por parte de China de los productos químicos utilizados para fabricar fentanilo.

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Todd Robinson, subsecretario de Estado para Asuntos Internacionales de Estupefacientes y Aplicación de la Ley, y Nathaniel Fick, embajador en misión especial para el Ciberespacio, son algunos de los responsables y enviados que acompañan a Blinken.

Wang expuso la postura de China, afirmando que Estados Unidos no debe traspasar las "líneas rojas" que abarcan los intereses de soberanía, seguridad y desarrollo, en aparente referencia a Taiwán, la isla gobernada democráticamente que China reclama como propia, y al disputado mar de China Meridional.