Rusia lanzó una andanada de misiles sobre  la capital ucraniana, Kiev, y otras ciudades ucranianas en un inusual ataque diurno este lunes, en episodios que dejaron al menos 42 muertos y dañaron gravemente el principal hospital pediátrico.

Padres con bebés en brazos caminaban por las calles frente al hospital, aturdidos y sollozando tras el inusual ataque a plena luz del día. 

Las ventanas habían sido destrozadas y los paneles arrancados, y cientos de habitantes de Kiev ayudaban a retirar los escombros. Al menos 22 personas murieron y 82 resultaron heridas en los ataques contra Kiev, según informó la agencia de noticias Reuters.

"Oímos una explosión y luego nos llovieron los escombros", declaró a Reuters Svitlana Kravchenko, de 33 años, después de que ella y su marido, Viktor, salieran de un refugio. Su bebé de dos meses salió ileso, pero Svitlana sufrió cortes y su vehículo estaba totalmente enterrado bajo los escombros del edificio destruido al otro lado del patio del pabellón principal. "Daba miedo. No podía respirar, intentaba cubrir (a mi bebé). Intentaba cubrirlo con esta tela para que pudiera respirar", comentó.

El Gobierno proclamó un día de luto el martes por uno de los peores ataques aéreos de la guerra, que, según dijo, demostró que Ucrania necesita urgentemente una mejora de sus defensas aéreas por parte de sus aliados occidentales.

Las defensas aéreas derribaron 30 de los 38 misiles, siguió el informe de la agencia internacional. Pero 50 edificios civiles, incluidas viviendas, un centro de negocios y dos instalaciones médicas, resultaron dañados en Kiev, las ciudades centrales de Krivói Rog, Dnipro y dos ciudades orientales, según el ministro del Interior.