La Cumbre por la Democracia que organizan los Estados Unidos y a la que está invitado el presidente de la República Argentina, Alberto Fernández para los días 9 y 10 de diciembre, recibió en las últimas horas críticas en Occidente y Oriente, según cables de la agencia Xinhua.   

La legitimidad de la llamada Cumbre por la Democracia de Estados Unidos es cuestionable, dijo recientemente el politólogo francés Dominique Moisi.

En su artículo publicado en el periódico francés Les Echos, Moisi dijo que después de los ataques del 11 de septiembre, las aventuras militares de los Estados Unidos en Medio Oriente han debilitado al país norteamericano y la causa de la democracia en el mundo.

"Siempre es difícil predicar lo que uno hace tan mal", sentenció el politólogo francés, y agregó que las democracias están en crisis, comenzando por la estadounidense. En su opinión, los problemas surgen cuando los países imponen sus valores a otros.

"Una diplomacia basada exclusivamente en valores no resistiría por mucho tiempo la prueba de la realidad. Algunos compromisos son inevitables", subrayó.

La existencia de una lista selectiva de invitados despertó otras críticas, ya que esa modalidad desmiente la fortaleza del país, según afirmó el ministro de Relaciones Exteriores cubano, Bruno Rodríguez.

"La convocatoria selectiva a una cumbre que dice ser sobre democracia es muestra de debilidad de EE. UU., incapaz de encarar en la ONU el desprestigio y aislamiento de su política exterior", tuiteó el domingo el canciller cubano.

Por su parte, el director general para los Estados Unidos de la Cancillería de Cuba, Carlos Fernández de Cossio, precisó que aquel país, "donde la democracia es virtual, realizará una cumbre también virtual dedicada al tema".

"La lista arbitraria de invitados demuestra que es un ejercicio de demagogia", arremetió. 

Fernández de Cossio apuntó que la reunión no resolverá ninguno de los principales problemas del mundo, ni limpiará la desacreditada política exterior de Washington

La cumbre se celebrará virtualmente del 9 al 10 de diciembre.

"Acabará siendo una farsa manipulada por el presidente estadounidense, Joe Biden. Estados Unidos debe en su lugar tomar medidas para evitar que el evento se convierta en un fracaso total y en una pérdida de tiempo hipócrita, como permitir que la Corte Penal Internacional (CPI) investigue los crímenes de guerra cometidos por los soldados estadounidenses en Afganistán e Irak", aconsejó un comentarista en la columna del diario malasio New Straits Times.

"Existen amplias posibilidades de que la cumbre por la democracia del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, no produzca resultados claros y que termine siendo simple palabrería", señaló de su lado el periódico Japan Times.

La propuesta de los Estados Unidos de una "cumbre por la democracia", programada para celebrarse virtualmente el jueves y el viernes, es pura hipocresía, en opinión de un un columnista filipino.

Mauro Gia Samonte, columnista del diario en inglés The Manila Times, dijo que "la cumbre es un esfuerzo furtivo para trazar la línea divisoria entre quienes están del lado de Estados Unidos" y los demás, en lo que los analistas geopolíticos consideran "una guerra fría cada vez más intensa".

Por último,  para la Asociación de Amistad Sri Lanka-China (SLCFA, siglas en inglés), la cumbre es "una estratagema para presionar a los países de todo el mundo".

El presidente de la SLCFA, Ananda Goonetilleke, dijo en un comunicado que la cumbre, programada para comenzar el jueves, "parece ser un intento de empañar la imagen internacional tanto de Sri Lanka como de China", que no fueron invitados por los Estados Unidos.

Hablando en nombre de la SLCFA, Goonetilleke dijo que EE. UU. y sus aliados no tienen derecho moral a hablar de la democracia y los derechos humanos, ya que estos valores han sido abusados por ellos mismos para justificar intervenciones extranjeras, derrocar a líderes democráticamente elegidos y causar sufrimiento a millones de personas.

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La opinión de un académico y diplomático chino

Estados Unidos se ha convertido en un gran obstáculo para la democratización de las relaciones internacionales al convocar la llamada "cumbre por la democracia", que es perjudicial para la causa de la democracia y la solidaridad internacionales, sostuvo el embajador de China en Rusia, Zhang Hanhui.

En un artículo reciente publicado en el periódico ruso Komsomolskaya Pravda, Zhang explicó los peligros de tal cumbre, particularmente debido a sus motivos ocultos y naturaleza antidemocrática.

A su parecer, EE. UU., que es blanco de críticas de la comunidad internacional por su manejo de los temas relacionados con los derechos humanos, ahora está aquejado por problemas internos y externos.

"La discriminación racial, la brecha entre ricos y pobres, un sistema electoral caótico y los problemas para enfrentar la pandemia de COVID-19" han demostrado la ineficacia de la democracia propuesta por Washington en su Gobierno nacional, acotó.

Al usar la democracia como pretexto para la expansión, EE. UU. ha intervenido en el exterior en numerosas ocasiones, ocultando sus motivos verdaderos bajo propósitos humanitarios o de protección de los derechos humanos, dijo Zhang.

De hecho, continuó, las llamadas "transformaciones democráticas" allí han provocado numerosos desastres humanitarios a escala mundial, incluidas las guerras en Afganistán, Irak y Siria.

Es absolutamente absurdo que un país que viola de forma flagrante el derecho internacional y los principios de soberanía nacional con el objetivo de mantener su hegemonía decida albergar una "cumbre por la democracia", subrayó el embajador.

A sus ojos, el solo hecho de que Washington decida qué países están invitados y puedan ser considerados democráticos es en sí mismo discriminatorio.

"Esa cumbre no traerá beneficios tangibles a la democracia del mundo real", concluyó.

Finalmente, también intervino la Cancillería china.

El verdadero rostro de los Estados Unidos, que busca la hegemonía bajo el disfraz de la democracia, ha quedado al descubierto desde hace tiempo, y la llamada "cumbre por la democracia" sólo pasará a la historia como una manipulación democrática, dijo un portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores chino.