La primera ministra de Dinamarca, Mette Frederiksen, aseguró que todavía se estaba recuperando física y mentalmente de un asalto en el centro de Copenhague la semana pasada y advirtió sobre más agresiones en el público.

Un polaco de 39 años fue puesto en prisión preventiva por la agresión que le provocó una lesión leve en el cuello. El atacante estaba bajo la influencia de alcohol y drogas en aquel momento y nada indicaba un motivo político, según las autoridades.

"Todavía no soy yo misma. Cuido mi trabajo como primer ministra, y siempre lo haré. También pude hacerlo durante el fin de semana, pero no de la misma manera que lo hago normalmente", declaró Frederiksen en una entrevista con la emisora ​​DR.  

El asalto ocurrió apenas tres semanas después de que el primer ministro de Eslovaquia, Robert Fico, resultara gravemente herido en un intento de asesinato.

Frederiksen aseguró que fue sido testigo de un cambio en el dominio público en los últimos años: "Todos experimentamos en todos los partidos (políticos) que las fronteras están cambiando enormemente". "Ha habido amenazas durante un largo período de tiempo, un tono muy duro en las redes sociales, que ha empeorado, y especialmente 
después de la guerra en Medio Oriente, muchos gritos en público, gente comportándose muy, muy agresivamente", se lamentó, según la agencia de noticias Reuters.

El pequeño país amigo de las bicicletas figura en las encuestas como uno de los más felices del mundo, y los daneses se enorgullecen de su inclusión, igualdad y generoso modelo de bienestar: "Estamos orgullosos de un país donde el primer ministro va a trabajar en bicicleta". "Pero se ha producido un cambio. Siempre me he mostrado disponible, pero el panorama callejero ha cambiado y hay lugares a los que ya no podemos ir, al menos algunos de nosotros los políticos", afirmó.