Martín Slipak: "Que no haya ficción en la televisión abre más la grieta entre clases"
El actor de 37 años está en la escena nacional desde los 8 y fue el elegido por Cecilia Roth para protagonizar la obra teatral “La Madre”.
Martín Slipak comenzó a actuar cuando tenía solo 8 años. A punto de cumplir 30 años de carrera, dialogó con Noticias Argentinas sobre su trayectoria, sus desafíos en la actualidad y cómo fue crecer entre tantos logros personales que fue obteniendo a lo largo de los años.
Comenzó sus estudios de la mano de Hugo Midón y en 1995 debutó en televisión en el programa "Magazine For Fai", luego obtuvo papeles en importantes ficciones como "Carrola Casini", "Verdad Consecuencia", "Resistiré", "Los Roldán", "Trátame bien", "En terapia", "El hincha" y "El encargado", solo por mencionar algunas.
Además, se destacó en cine y en teatro y, mirando hacia atrás, Slipak considera que el saldo le resulta a favor ya que no lo perjudicó haber comenzado a trabajar siendo tan chico: "No me arrepiento de la vida que tengo ni de la historia que tengo. Hoy que tengo casi 37 años, mi manera de pararme frente a los trabajos o a los compañeros, inevitablemente está marcada por esa experiencia de haber empezado a los 8. Y me parece que hoy es un lugar donde yo me paro desde el disfrute, de seguridad, de querer compartir, de querer probar, indagar. Estoy contento con quien soy hoy a partir de toda esa experiencia".
"Después sí, obviamente, hay cosas que me pregunto en relación a la infancia, a la adolescencia, al estrés, a la ansiedad, a todas esas cosas que tal vez son más difíciles de manejar cuando uno es chico o adolescente, o incluso ahora, ¿no? Al trabajar hace tanto tiempo, me pregunto ¿qué cuestiones me generan más dificultad? ¿Qué preguntas me hago en relación a qué lugar ocupo en el medio después de tantos años de laburo? ¿qué idea tenía yo desde mí a esa edad, habiendo trabajado hace tanto tiempo? ¿Qué de eso se dio? ¿Qué de eso no se dio? O sea, hay un montón de preguntas que me hago en relación al tiempo y a la experiencia. Algunas me las respondo positivamente, algunas me las respondo negativamente, pero festejo realmente... En esta profesión, tendemos a ver más lo bueno que le pasa al otro que lo bueno que nos pasa a nosotros. Me parece que eso es inherente al humano, que es una cagada. Yo lo veo mucho en los actores y en las actrices, porque también hay algo de tanto disfrute de esta profesión que cuando vemos en el otro experiencias que tal vez nos gustaría atravesar, es fuerte la sensación", analizó el actor.
"Después, con respecto a lo privilegiados que somos al trabajar de lo que nos gusta, eso no me cabe ninguna duda y de verdad siento que estoy agradecido al universo de ser una persona que trabaja de lo que quiere. Me parece que de verdad la sociedad está muy dividida entre los que laburan de lo que les gusta y los que no pueden laburar de lo que les gusta y no les gusta su trabajo y lo pasan mal y odian y se agotan y tienen ganas de que lleguen el fin de semana para olvidarse de su laburo. Me parece que eso es, lamentablemente, casi la mayoría de las personas, y yo en ningún momento sufro por mi trabajo y eso es como un alivio enorme para el espíritu, pero me parece que de verdad no se puede ni medir lo que significa eso para una persona. Entonces, definitivamente el saldo es positivo de poder haber elegido mi profesión y que me vaya bien y poder morfar también y darle de comer a mi hija. La verdad es que es una profesión donde la minoría de las personas tiene trabajo activo y puede vivir de esto", continuó.
La falta de ficciones en la televisión
"Definitivamente hay un cambio de paradigma, pero por otro lado le cuesta muchísimo más al actor hoy en día vivir. El tema de la falta de ficción en canales y demás, que por otro lado a mí realmente me apena. Mucha gente dice, bueno, ‘pero ya hay que cambiar la mentalidad’. Yo no creo que ninguna ficción que pudiera salir por un canal de aire fuera dañina para la gente. Me parece todo lo contrario, que de verdad generaba un sistema de representación para la sociedad y estaba buenísimo poder tener ficciones locales, poder sentarse a ver cosas. No todo el mundo tiene plataformas, no todo el mundo accede a todas las plataformas, con lo cual me parece que está mucho más fragmentado el tema".
"Después sí, hay como una subida de estándar en relación a la calidad de las ficciones, que para mí es positivo, está bueno poder hacer ficciones donde se intente la máxima calidad porque hay tantas ficciones de estándar en todo el mundo. O sea, no sale en televisión abierta, pero los actores que están ahí tienen la posibilidad de que los vean en todo el mundo y también está bueno. Poder hacer ficción para plataforma es un golazo para un actor. Nadie niega eso, pero para mí estaría bueno que haya un sistema mixto, donde se puedan hacer ficciones para plataforma que son de recontra calidad y que son increíbles y que eso no implique necesariamente la muerte de las ficciones en canales de aire, porque de hecho los canales de aire siguen existiendo, ¿no? Pero se volcaron hacia algo mucho más, no sé, otra cosa es que ya nadie contempla la posibilidad de producir ficción para canales. Supuestamente no es negocio para los canales. Es cierto que los canales están abaratando todos los costos posibles, pero bueno, a mí me da pena, me parece que eso es una re contra para la cultura, es un paso para atrás y también me parece que justamente es como abre más la grieta. Digo, abre más la grieta en clases este tema. Yo creo que las ficciones en canales eran algo sumamente popular desde el mejor lugar, era algo que llegaba a todo el mundo, que la gente disfrutaba un montón".
Para Slipak "el teatro pasó a ser un refugio cultural y económico. Es como los músicos que salieron a tocar nuevamente, que ya no hay que ir, ya no venden álbumes, salieron de vuelta a la cancha. Bueno, con los actores pasa algo parecido, muchos actores que nunca habían hecho teatro, están haciendo teatro. Para mí es un terreno conocido el teatro y yo amo hacer teatro, de verdad me hace muy feliz y festejo que el teatro siga siendo un refugio. Cuando el teatro deje de ser refugio, ahí me voy a preocupar verdaderamente".
Su trabajo en "La madre" junto a Cecilia Roth
El actor contó a Noticias Argentinas que el texto de “La madre” presenta un desafío en el armado de la obra porque el autor elige un sistema dramatúrgico en donde se mete adentro de la cabeza del personaje principal de la obra, que es el personaje de Cecilia Roth. Con lo cual, ya desde esa perspectiva, es una obra particular para actuar. Y además es un personaje que está en un momento mental y psíquico muy particular, está entrando en un estado de locura.
"Mi personaje es el hijo, es el hijo de Cecilia, es un hijo con el que la madre tiene una gran fijación, casi una obsesión se podría decir, con lo cual hay en todo ese vínculo una cosa de mucho amor pero de mucha dependencia también y por parte del hijo una gran sensación de opresión con respecto a esta madre, pero también de mucho amor y de mucha preocupación y pena por lo que está sucediendo", explicó.
Martín Slipak ya había actuado como hijo de Cecilia Roth en la ficción "Tratame bien", en el año 2009: "Yo trabajé con ella todo un año hace mucho tiempo y hay algo de esa sensación de haber vivido ese trabajo y haber sido ya el hijo de ella durante un año entero que está un poco latente, como que quedó un resabio muy lindo de ese trabajo que también fue muy intenso y también era un vínculo muy intenso familiar".
Sobre la actriz, Slipak opinó que "es una persona magnética y apasionante, es realmente un ser humano muy llamativo, es una mujer brillante, con lo cual está buenísimo trabajar con ella. Yo la admiro mucho, la admiro como actriz y también la admiro como piensa, con lo cual disfruto poder encarnar ese vínculo nuevamente. Por otro lado, es un vínculo de mucha fragilidad y mucha intensidad, mucha fragilidad y mucha intimidad hacer de madre e hijo, con lo cual está buenísimo poder entenderse y tener confianza y tener una mirada común frente a las cosas".
"Me parece que en principio lo que le va a pasar con el público es que va a haber una propuesta teatral que no es lo que suele ver. Eso me parece que en ese sentido puede atrapar mucho ver una obra distinta, pero no que te deje afuera como espectador. Te integra porque es una familia, porque son los vínculos de la familia... La figura del nido vacío está, pero no es solamente eso. Esa es una de las situaciones que a esa madre la empiezan a descolocar. Pero me parece que es más amplio que eso. Es un poco esa sensación de no haber podido hacer algo en su vida, haber quedado atada únicamente a la crianza de los hijos mientras el hombre trabajaba. La mujer prácticamente no construyó una vida gozosa, ni una vida nutrida de cosas propias".
"La madre" estrenará el 31 de octubre en el teatro El Picadero y marcará la vuelta de Cecilia Roth a los escenarios porteños para protagonizar uno de los personajes más aclamados de los últimos tiempos, obra del dramaturgo francés Florian Zeller. Con dirección general de Andrea Garrote, el elenco se completa con Gustavo Garzón, Martín Slipak y Victoria Baldomir, con funciones de jueves a domingos.
Sus metas personales
"Espero nunca tener la sensación de haber llegado. ¿Qué hay después de eso? Creer que uno llegó es lo más peligroso que te puede pasar como actor. Y también creer que uno es un gran actor es lo más peligroso que te puede pasar. Me parece que está bueno estar cuestionándote todo el tiempo. Me encantaría dirigir alguna vez una película. Me encantaría poder dirigir más teatro. Pero después, no deseo nunca llegar, sentir que llegué a algo, a una consagración, porque definitivamente no creo para nada en eso. Me han conmovido mucho más actores o actrices que nadie los conocía, que no los han consagrado, que grandes popes de la actuación, que tal vez eran peores compañeros de alguien que nunca había visto en su vida", analizó.
Al ser consultado por aquellos que lo sorprendieron por ser malos compañeros, como lo hizo en casi tres décadas de carrera, evitó el escándalo al decir que prefiere no ponerse "amarillista" y que "por suerte los malos compañeros son los menos. Me parece que es un momento de la profesión donde hay mucho compañerismo, donde hay mucha generosidad, donde el maltrato también ya es algo que queda arando el que maltrata y no el que genera redes afectivas. Lo que más siento por mis compañeros, especialmente por los actores argentinos, es una gran admiración y un gran afecto".