Mario Vargas Llosa e Isabel Preysler se separaron tras 8 años de romance
La socialité filipina lo confirmó en una entrevista y aseguró que no piensa en una reconciliación.
Luego de ocho años de amor, Mario Vargas Llosa e Isabel Preysler decidieron separarse. "Mario y yo hemos decidido poner fin a nuestra relación definitivamente. No quiero dar ninguna declaración más y agradezco a los amigos y medios de comunicación que nos ayuden en esta decisión", anunció la socialité filipina en una entrevista.
Preysler y el ganador del Premio Nobel de Literatura se conocieron en 1986. Sin embargo, en ese momento no tenían intenciones románticas. "Vi por primera vez a Mario en San Luis, Misuri, cuando lo entrevisté en el año 1986 para 'Hola'. A partir de entonces, Miguel y yo entablamos una buena amistad con Mario y su mujer, que se ha mantenido durante todos estos años", contó ella en 2015, cuando surgieron los rumores de romance. Hasta que fueron vistos juntos en un evento y ya no pudieron ocultar su amor.
"Para la familia no ha sido fácil. La situación los tomó por sorpresa. No esperaban que surgiera algo como esto a estas alturas de mi vida. Así que ha habido que limar las cosas", reconoció el novelista y ensayista meses más tarde. Pero más allá de los obstáculos que aparecieron en el camino, la relación se mantuvo en pie durante largos años.
Sin embargo, según informó Hola, a mediados de diciembre, Vargas Llosa abandonó la casa que compartían en Puerta de Hierro luego de una fuerte escena de celos y se instaló en un departamento en el centro de Madrid. Y desde entonces, no han vuelto a convivir. Pero cabe señalar que en otras ocasiones el peruano ha actuado de la misma forma, pero al cabo de unos días, regresaba al hogar.
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Para colmo, Preysler viene de un 2021 complicado por la muerte de su madre y meses atrás acompañó a su hija Tamara -fruto de su matrimonio con el aristócrata Carlos Falcó, marqués de Griñón y marqués de Castel-Moncayo- en la ruptura de su compromiso con Íñigo Onieva. Y todo indicaría que madre e hija se apoyan mutuamente en su mal de amores. Sobre todo, en épocas festivas en las que las ausencias duelen más.