La hija de Natacha Jaitt y la promesa que le hizo a su madre: "No hay un día que no piense en ella"
A pocos días de que se cumplan tres años de la muerte de la mediática, su hija Antonella Olivera habló con NA sobre su vida en España. La promesa que le hizo a su madre y sus sueños lejos de Argentina.
En menos de dos semanas, se cumplirán 3 años de la muerte de Natacha Jaitt, quien fue hallada muerta el 23 de febrero de 2019 en un salón de fiestas de la localidad de Benavídez, partido de Tigre. Tenía apenas 41 años.
“No hay un día que no piense en ella, ni uno solo”, dice con congoja su hija Antonella Olivera, en diálogo con Noticias Argentinas.
-Te fuiste a España, ¿por qué? ¿Cuándo?
-Sí. Me vine el 14 de junio. ¿Por qué? Por una promesa que le hice a mi mamá si le pasaba algo. Pero también porque quiero volver a empezar de cero y encontrar mi propio rumbo.
-¿Sentís que la Argentina no es un país seguro para vos?
-Totalmente, allá no tengo seguridad. De hecho, es uno de los motivos por los cuales mi mamá me hizo hacer esa promesa, de que si le pasaba algo yo dejaría la Argentina. Por mi seguridad y la de mi familia mi madre me hizo jurarle que iba cumplir la promesa.
-¿Ella te dijo que te fueras a España o vos elegiste el lugar?
-No. Ella me habló específicamente de España, un lugar emblemático para su carrera artística.
-¿Cuándo hablaste por última vez con tu mamá?
-Hablamos el día que murió. Y, de hecho, ahí volvió a hablarme sobre lo de irme a España. Ella me venía anticipando que algo podía llegar a pasarle, estaba siempre despidiéndose y yo le decía “pero mamá, te estás despidiendo y la verdad es que me estás asustando”.
-¿Sufriste amenazas?
-Solo algunas pocas, de cuentas falsas y de correos electrónicos anónimos.
-¿A qué te dedicas en España?
-Busco construir mi propio camino, organizar mi carrera profesional, lo cual no es sencillo. De a poco me voy acomodando a la situación. Es momento de aprender y planificar para poder avanzar en otras cosas que quiero hacer.
-¿Como qué?
-Quiero traer a España a mi hermano Valentino que sigue allá, en Argentina. Con 15 años está destruido, aún no sabe qué le pasó a su mamá y no olvidemos que también perdió a su papá.
-¿Te costó adaptarte?
-Al principio, sí. Me iba mudando todo el tiempo, hasta que conseguí un lugar donde vivir.
-¿Y el trabajo?
-Al principio estuve trabajando como camarera en un restorán muy conocido y ahora estoy trabajando en otro bar de lo mismo. Hasta que pueda hacer lo mío, lo que me gusta.
-Imagino que es lo artístico...
-Sí, quiero trabajar como como actriz. De hecho, estudié actuación y antes de la pandemia estuve haciendo teatro en calle Corrientes.