Volvieron los alquimistas: el oro no para de subir y estimula a buscar pepitas en ríos y chatarra entre basura
Cada gramo de 24 quilates ya se vende a 90 euros y en Argentina lo pagan hasta 200 mil pesos. La prospección hormiga de oro va dejando de ser rebusque.
La onza de futuros del oro subió en los mercados internacionales otro 0,49% y lleva acumulado 14,97% en lo que va de 2025, pero las pepitas que brotan en algunos ríos, así como las que rescatan de la chatarra electrónica los que escarban en los contenedores, son botines que agregan emoción a las ganancias.
Un río en el municipio asturiano de Tineo, llamado Navelgas, está de moda entre los buscadores de oro aluvial.
Se los ve meterse en la orilla con esclusas de 0,60x0,20 para zarandeo junto a detectores de metales para filtrar y limpiar la grava que recubre a las chispitas.
Pero también la prospección hormiga de oro en las aguas se hace por deporte.
En las aguas cristalinas de Navelgas, bien al norte de España, desde hace 23 años se celebra a finales de julio el Campeonato Nacional de Bateo de Oro como homenaje a la tradición minera.
Se trata de una carrera contra reloj para ver quiénes encuentra más oro en el menor tiempo.
Esta región de Asturias se conoce como el "Valle del Oro" por su riqueza en metales preciosos, un legado que se remonta a la época de los romanos.
Actualmente, el valor al que se vende cada gramo de 24 K, unos 90 euros, le añadió interés económico y atrae a la práctica del zarandeo a lugareños, gambusinos, turistas y estudiosos de la historia.
Origen aluvial
El oro que se encuentra en el río de Navelgas es aluvial, lo que significa que proviene de antiguos yacimientos en las montañas y es arrastrado por la corriente hasta depositarse en el lecho del río.
A lo largo de los siglos, la erosión fue liberando pequeñas pepitas que quedan atrapadas entre la arena y las piedras, listas para ser descubiertas.
La extracción se hacía utilizando técnicas rudimentarias, y ahora los lugareños continúan con esta tradición.
Las pepitas de oro que se hallan en este río suelen ser de pequeño tamaño, pero con un brillo especial.
Si bien la pureza varía dependiendo de los minerales con los que se haya mezclado, sigue siendo lo suficientemente alta como para aprovecharse en la fabricación de joyas y otros objetos de valor.
A los habitantes de Tineo, el oro de su río no solo los conecta con antepasados, sino que constituye también una atracción que sitúa al pequeño pueblo en el mapa del turismo y la aventura.
Los aventureros tienen a disposición opciones de viajes con excursiones a lugares donde se realizan búsquedas de oro para participar en esa práctica.
El oro como turismo de aventura
En Argentina, hay oro fluvial bien al sur, en la Bahía de San Sebastián, cerca del paraje conocido como El Páramo, en el Estrecho de Magallanes, sobre fondo de piedras, y en la Patagonia chilena se halla en la Bahía Inútil.
Este oro aluvional es llevado por las aguas de los ríos hasta el mar para luego ser arrastrado por las corrientes marinas.
Lo dejan a flor de superficie los glaciares en las morenas, las sucesivas precipitaciones y deshielos.
Se trata de un proceso de millones de años y los primeros mineros que se radicaron en la zona pudieron explotarlo.
Tal fue así que el yugoslavo Popper hasta acuñó monedas de oro propias.
Oro de escritorios y contenedores
Una opción más sedentaria de vincularse al oro para los que manejan dinero desde los celulares y tienen una cuenta de inversión en Argentina es elegir activos financieros como los Cedears que continúan al oro. Pueden ser operados 100% online a través de cualquier agente de Bolsa autorizado con los mismos bancos.
Escarbar por oro sin usar la pala, además del escenario fluvial, también se practica al aire libre, en los contenedores que albergan a las toneladas de dispositivos electrónicos que la carrera tecnológica hace desechar cada año.
Los circuitos en desuso contienen oro y cobre cuya recuperación mediante un innovador método para el reciclaje tecnológico constituye una fuente de ingresos nada desdeñable.
Permite extraer oro de estos aparatos de manera eficiente y ecológica, transformando la basura en una auténtica mina de oportunidades.
A partir de 20 placas base de computadoras antiguas se pueden sacar hasta 450 miligramos de oro de 22 quilates.
Equivalen a una pequeña pepita de alto valor.
Por cada dólar invertido en el proceso de extracción, se pueden obtener hasta 50 dólares en oro, según los expertos.
Esta técnica se convirtió en una opción más que atractiva para quienes convirtieron en negocio el rebusque de ingresos adicionales a través del reciclaje tecnológico.