La decisión del presidente Alberto Fernández de no avanzar con su candidatura electoral trajo fuertes repercusiones en todo el arco político, pero también entre referentes de la economía.

Un informe de la liberal Fundación Libertad y Progreso consideró que la decisión del mandatario de renunciar a su reelección, “es un indicio de cordura y de reconocimiento de la situación”.

Según un informe, las encuestas arrojan que la aprobación de la gestión actual está por debajo del 20%, e incluso la imagen positiva del presidente perfora el 10%.

El Índice de Confianza en el Gobierno (ICG), publicado por la Universidad Torcuato Di Tella (UTDT), cayó 9,1% mensual en abril, su peor caída desde la renuncia de Guzmán, cuando bajó 20% mensual.

Asimismo, del informe se desprende que, desde su pico en abril de 2020, la confianza en el gobierno cayó 67% y tocó el mínimo desde la crisis de 2009.

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Aldo Abram, director ejecutivo de Libertad y Progreso, consideró que la decisión tiene un impacto positivo porque “reduce la incertidumbre que genera el permanente conflicto dentro del gobierno por la interna del Frente de Todos” y aseguró que “este presidente ya no contaba con la credibilidad necesaria para presentarse en una reelección, por lo que en las elecciones le hubiese ido sumamente mal por su mala gestión”.

Para Abram, “que Fernández se baje de la carrera presidencial puede tener un impacto mixto en los mercados, combinando cuestiones de corto con otras de largo plazo”.

“Se estaba hablando de una crisis en la coalición gobernante, incluso con rumores de salida del ministro de Economía y de la vicepresidente. Si algo de esto ocurría, habría dinamitado el delicado equilibrio político actual y la situación, seguramente, habría desencadenado en una hiperinflación”, sostuvo el ejecutivo de la Fundación Libertad y Progreso.

Además, según el reporte, en este período caerán los ingresos reales del gobierno, habrá menor demanda de dinero, peores precios internacionales y, llegando al último trimestre, retención de los stocks de oleaginosas y cereales para liquidar ante la expectativa de las medidas del nuevo gobierno, tal como ocurrió en 2015.

Respecto del impacto a largo plazo, los especialistas indicaron que el oficialismo se encamina a su peor elección histórica. Esto haría más sencillo que el próximo gobierno pueda llevar adelante reformas para estabilizar y normalizar la economía.

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En este sentido, Abram explicó que “habría más espacio para que surja un candidato más competitivo. Si bien que Fernández se baje no pondría en peligro el triunfo de la oposición, sí podría hacer que el oficialismo tenga una mejor elección que aquella que hubiese tenido con el presidente todavía subido a la carrera presidencial. Esto podría afectar, marginalmente, las mayorías legislativas. Y a nivel provincial, aumenta las dudas sobre la Provincia de Buenos Aires, que es la única de peso político donde consideramos que el kirchnerismo puede llegar a renovar”.

Por su parte, la economista Natalia Motyl -cercana a Javier Milei, de La Libertad Avanza-, sostuvo que la decisión “puede interpretarse como una buena señal porque es una muestra pública de que este gobierno ha fracasado”, aunque advirtió que también podría tener un impacto negativo en los mercados “porque anticipa un oficialismo unido que podría aumentar las posibilidades de quedar en segundo lugar y, en ese caso, el gobierno que venga deberá gestionar con un congreso bastante dividido”.

Por otro lado, aseguró que dado que el actual mandatario no tiene intenciones políticas “podría adelantar la devaluación o acelerar el ritmo de crawling peg como hizo Massa ayer, ante un Banco Central totalmente quebrado y generar señales negativas a los mercados para que cambien los activos de sus carteras antes del segundo semestre de este año”, concluyó.

En este sentido, el diputado por Avanza Libertad, el economista José Luis Espert, fue tajante al afirmar vía Twitter que el presidente “termina muy devaluado, derrumbado por la nula aceptación social y abandonado por su jefa”.

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En esa misma línea, el diputado nacional y precandidato a jefe de Gobierno porteño Ricardo López Murphy aseguró que la determinación del presidente de no presentarse como candidato este año implica “un impresentable menos en la carrera electoral”, al tiempo que aprovechó para cuestionar a otro dirigente del Gobierno nacional: “ahora, ¿Cuándo se baja usted, @SergioMassa?”.

La opinión de economistas sobre la decisión de Alberto Fernández
Espert y López Murphy vía Twitter

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Por su parte, el ex vicepresidente del Banco Central durante el macrismo, Lucas Llach, apeló a la ironía y señaló: "Intrigadísmo. Se bajó un candidato con impopularidad de 80%, ¿cómo puede ser?".

Pero dijo que "el hecho de que sea considerado correcta y unánimemente un presidente desastroso, no quita el hecho de que tuvo mala suerte", en alusión a que le tocó afrontar la pandemia, la guerra en Ucrania y la sequía.