En las últimas semanas se generó una confusión en torno a los precios de la vacuna contra la fiebre aftosa en Argentina y su comparación con los costos en países vecinos como Uruguay y Brasil. En el agro, algunos hablaron de una cartelización de los laboratorios argentinos.

En el mercado indicaron que la “comparación directa de precios con Uruguay y Brasil no es adecuada”. En estos países, la vacuna se vende sin incluir la colocación en el animal y sin costos logísticos, lo que hace que parezca más barata. Por ejemplo, Biogénesis Bagó, uno de los principales laboratorios argentinos, vendió la vacuna antiaftosa tetravalente para esta campaña a 600 pesos.

En la Argentina hay tres laboratorios que producen vacuna antiaftosa y todos la venden en el país. Estos laboratorios fueron fundamentales para frenar el último brote grande de aftosa en 2001 y posibilitan la sanidad necesaria para que la Argentina pueda exportar USD 3 mil millones de carne.

Entidades del campo manifestaron que habían detectado un aumento en el precio de las vacunas contra la fiebre aftosa y que superaban el valor al comercializado en países vecinos.

Biogénesis Bagó exporta a todo el mundo y compite contra los laboratorios más importantes en todos los continentes. Además, cuenta con el banco de antígenos de Estados Unidos y Canadá, lo que significa que si alguno de estos países tiene un brote de aftosa, pedirán los antígenos para la vacuna directamente a este laboratorio argentino.