Un informe del Instituto para el Desarrollo Social Argentino (IDESA) asegura que la inflación fue la principal aliada del Gobierno para alcanzar las metas de déficit fiscal de 2022 acordadas con el Fondo Monetario Internacional (FMI) .

“En el 2° semestre del 2022 con respecto al mismo período del año anterior se observa que la inflación fue del 85% anual, los ingresos tributarios crecieron un 90% interanual y el gasto público primario creció ‘sólo’ un 67% interanual”, señala el informe.

IDESA: la inflación fue aliada del Gobierno para reducir el déficit fiscal

El año pasado el déficit primario fue equivalente al 2,4% del PBI, 0,1 punto por abajo de la pauta acordada con el FMI del 2,5% y para este año tiene que caer al 1,9% del PBI.

“En un contexto de aceleración de la inflación mientras los ingresos tributarios suben a un ritmo similar al de los precios, la mayor parte del gasto público se actualizó por debajo de la inflación”, sostiene el estudio.

La entidad que dirige el economista Jorge Colina señala que “un ejemplo muy ilustrativo y relevante –por ser el principal componente del gasto público nacional– es la pérdida de valor real que vienen sufriendo los haberes previsionales como consecuencia de la inflación”. 

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“Por eso, resulta contradictorio esperar que baje la inflación cuando se la está usando para reducir el déficit fiscal”, dice el trabajo, el cual dice que “si la inflación bajara, disminuiría la licuación de gasto público y aumentaría el desequilibrio fiscal”.

IDESA indica que “apelar a la inflación como instrumento de ajuste fiscal no es novedad y siempre terminó con resultados frustrantes”. 

“El ejemplo más cercano fue el gobierno de Cambiemos que al final de su mandato también la usó para la meta del déficit cero. La inflación se aceleró al 53%, los ingresos tributarios crecieron al 48% y el gasto público primario creció al 37%”, dice el trabajo. 

El reporte advierte que “esta experiencia demuestra que de poco sirve mostrar reducciones del déficit fiscal atizando la inflación para que los ingresos públicos se inflen y el gasto público se retrase”. 

“A la gente lo que le preocupa no es el déficit fiscal sino la inflación. Hay que bajar el déficit para bajar la inflación, no subir la inflación para bajar el déficit”, sostiene en trabajo.