Los representantes de la cadena de la cebada, junto a los de otros cultivos de invierno alternativos, actualizaron las perspectivas para la campaña en la segunda jornada del congreso A Todo Trigo en Mar del Plata.

El panel de los productores de cebada lo abrió Mario Cattaneo, representante de Buck Semillas, que marcó rápidamente la cancha: “La fortaleza de Argentina es tener variedades cerveceras. Está el mercado forrajero pero la clave son las cerveceras donde el país es un buen proveedor”.

Luego apuntó a otro punto clave para el sector que es el uso de semilla legal: “Los programas de mejoramiento se sostienen con la venta de semillas pero también con las regalías en su uso. Es importante usar semilla fiscalizada. En cebada, la fiscalización es obligatoria para la cervecera, y lo será para la forrajera a partir de 2025”.  

Con el foco específico en el mejoramiento del cultivo y dando cuenta de su complejidad, Alejandra Gribaldo, de Quilmes, explicó el proceso: “Partimos de un cruzamiento del cual se van haciendo las generaciones iniciales. Con eso empieza el trabajo del mejorador que selecciona la planta, forma una parcela y tiene una línea experimental. Después inician los ensayos de las líneas que se deciden inscribir y tenemos el proceso de validación industrial”.  

A su turno, Fernando Giménez, coordinador del Programa Nacional de Cereales del INTA, diferenció a la cebada granífera de la forrajera y explicó a qué apunta el mejoramiento en cada caso: “Por cebada granífera nos referimos a espigas de dos hileras, granos de calidad maltera y alta digestibilidad de la biomasa generada. El objetivo allí es un grano para industrialización, para alimentación animal y silajes de planta entera”.

En representación de la Mesa de Cebada de Uruguay, Blanca Gómez expuso sobre la manera en que se hace la evaluación de los cultivadores en ese país: “Se realizan controles de todos los factores para todos los cultivos. Se hacen dos grupos de ensayo con y sin fungicidas, con el fin de obtener también la evaluación sanitaria de ellos. Utilizamos distintas fechas de siembra, registramos precipitaciones, temperatura y la radiación solar, que es importante para caracterizar el ambiente en cada zafra. Esto lo realizamos todos los años y es importante porque toma tiempo caracterizar el cultivo”.

Daniel Menella, representante de Boortmalt, analizó a su turno aspectos clave del consumo y de la oferta y demanda de cebada en la región: “El Covid afectó al consumo generando una caída importante pero que se proyecta que irá en recuperación. Eso es importante porque el consumo de malta está asociado al consumo de cebada cervecera. Para Argentina estamos en un año bisagra: el consumo cayó en torno a 2 dígitos a nivel local”.

“En el mapa regional, Argentina y Uruguay somos netos exportadores y Brasil es el importador más importante de malta. Sin embargo acaba de inaugurar dos torres de malteo, añadiendo 240 mil toneladas de capacidad en 2024. Eso hará que Brasil demande más cebada y menos malta”, explicó Menella. A continuación, añadió: “Con la crisis, el dólar y la no capacidad de exportar divisas, Argentina no crece en capacidad instalada. En cambio, Brasil sigue creciendo y pegó el gran salto”.  

El encuentro de cebada fue cerrado por el bróker Agustín Baqué, que realizó un balance global y local de este cultivo: “A nivel global, la campaña 2024/25 terminaría en 148.5 a 149 millones de toneladas, y el crecimiento productivo vendrá de la mano de Europa, con recuperación de stocks. En la campaña 2023/24 la producción fue de las más bajas de las últimas 5 campañas, sin embargo los stocks no llegaron a niveles críticos porque hubo una reducción en el consumo de cerveza en general”.

De cara al mercado chino, que es un gran importador de cebada, Baqué analizó: “Hace un par de años estaba bueno producir cebada forrajera porque china se llevaba puesto todo el mercado. Ahora tenemos que competir con los australianos”.  

Y alertó: “Si queremos mantener el mercado de China, si queremos mantener el mercado de India que viene creciendo muchísimo, para el cual somos competitivos por un tema de fumigación, tenemos que producir variedades cerveceras. Si nos metemos en el mercado de forrajeras por rendimiento es posible que perdamos estos mercados”.  

La jornada concluyó con la participación de Leonardo Coll de la Estación Experimental Agropecuaria del INTA Paraná, que se refirió a los cultivos de colza y carinata. Entre sus conclusiones destacó que “un retraso de la fecha de siembra reduce los rendimientos en ambos cultivos, en especial para variedades de ciclo largo”. 

En particular para la colza indicó que “en el centro-norte de la región pampeana las variedades invernales no alcanzan los rendimientos de las primaverales y retrasan al cultivo de segunda”.   

Finalmente, para la carinata explicó que “el atraso de la floración a partir de mediados de agosto redujo el rendimiento (7% cada 10 días)”.