La Unión Europea aprobó un reglamento que prohibirá la importación de cualquier insumo o producto derivado que haya sido producido o fabricado generando deforestación.

La medida puede afectar las ventas de soja y carne argentinas al viejo continente.

En la lista de insumos se incluyen el cacao, el café, el aceite de palma, el caucho, la madera y, entre las grandes exportaciones argentinas, la soja y la carne vacuna.

También afectará a productos derivados de esos insumos que Europa importa directamente, como chocolates, cuero, muebles, papel o carbón.

El reglamento dice que cualquier producto generado en un terreno deforestado a partir de diciembre de 2020 tendrá prohibida su entrada en los 27 países de la Unión Europea.

El control del origen lo harán las empresas importadoras, que bajo la amenaza de multas tendrán que controlar de dónde viene lo que importan.

Las empresas deberán, por ejemplo, controlar territorios con ayuda de agentes nacionales, de datos de trazabilidad que permitan localizar el origen de los productos y hasta de imágenes por satélites para descubrir si aumenta la deforestación.

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Como todas las normas aprobadas por la Unión Europea, esta pasó por varias instituciones.

En las negociaciones no se diluyó, como suele ser habitual, sino que se endureció.

Si la propuesta original decía que se protegerían los bosques primarios, como las selvas tropicales, en el acuerdo final se protege por igual cualquier bosque. También se añadieron más productos de los que originalmente aparecían en la propuesta de la Comisión Europea.

Europa no deforesta su territorio, pero si se tienen en cuenta sus importaciones, explica la ONG medioambientalista WWF, la Unión Europea es el segundo destructor de bosques tropicales del mundo, solo después de China. La misma ONG explica que el 16% de la deforestación total del planeta se produce por la producción para la exportación.

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Los territorios que no son boscosos pero sí están amenazados, como la sabana africana o el Cerrado en América del Sur no aparecen en el acuerdo pero podrían añadirse dentro de un año después de que la Comisión Europea realice más estudios. También se podría añadir otros productos, principalmente el maíz.

La norma no busca sólo evitar la deforestación. Para proteger esos bosques, la Unión Europea obligará a las empresas importadoras de esos productos a vigilar que se respeten los derechos de las poblaciones autóctonas que viven en territorios fronterizos con zonas protegidas.

Las empresas europeas tendrán además la obligación de comprobar que sus clientes en los países de origen respetan la legislación nacional en materia de derechos humanos.