El arquero senegalés Cheikh Sarr ya había oído insultos racistas desde la tribuna, pero cuando un hincha se le acercó para insultarlo durante un partido de la tercera división española el sábado, decidió que ya estaba harto.

"Le agarré y le pregunté por qué me insultaba. Mi actitud no fue agresiva, sólo quería preguntarle por qué", explicó el joven de 23 años a la prensa el martes sobre el incidente en Sestao, una ciudad obrera del norte de España, que provocó que la suspensión del encuentro.

"Otras veces se puede ver como algo lúdico o una broma. Pero el sábado no fue así, fue algo horrible y no pude contenerme. Fue algo muy triste y feo lo que decían", añadió.

El partido entre el Rayo Majadahonda, al que pertenece Sarr, y el Sestao River Club se suspendió en el minuto 84, después de que el altercado provocara primero la expulsión de Sarr por parte del árbitro, que estaba demasiado lejos para oír los supuestos insultos, y luego la salida del campo de sus compañeros en señal de protesta.

El racismo en el fútbol

El racismo en el deporte fue un tema candente en España, especialmente después de que el extremo brasileño del Real Madrid Vinicius Jr., que sufrió varios incidentes de insultos xenófobos y forma parte de una campaña contra el racismo, calificara el año pasado de racista a LaLiga y a España.

El sábado, volvió a pronunciarse en apoyo de los afectados en las redes sociales, citando "tres despreciables casos de racismo" sólo ese día, incluido el de Sarr.

El defensor argentino del Sevilla Marcos Acuña y el cuerpo técnico también fueron objeto de "insultos racistas y xenófobos" por parte de aficionados en un partido de LaLiga en Getafe, según informó el club.

Sarr agradeció que Vinicius lo haya etiquetado en las redes sociales mostrándole su apoyo. "Si más jugadores dijeran no al racismo como él, ellos (los racistas) no tendrían el poder que tienen ahora", afirmó.