La Comisión Directiva de Vélez volvió a realizar un nuevo papelón a días de las elecciones, ya que en la asamblea ordinaria en la que presentó su memoria y balance, el cual fue aprobado con polémica, desató la furia de los socios de la entidad de Liniers que revolearon sillas al escenario en medio de insultos.

La cercanía del descenso es solo una muestra del delicado presente institucional que atraviesa el club. Los resultados deportivos no se dieron producto de desmanejos directivos que iban a ser duramente cuestionados por la oposición, que ya había anticipado que no avalaría un balance que reflejaba un superávit que muchos cuestionaban por cotizaciones arbitrarias de los integrantes del plantel del fútbol profesional.

Sin Sergio Rapisarda, presidente de licencia hace meses, el acto fue encabezado por los vices Diego González, Adrián Peláez y Juan Rodolfo Pérez.

González incluso ensayó una defensa a la gestión de la agrupación Cruzada Renovadora, que gobernó el club por un doble período de final inminente, ya que no habrá lista oficialista en los comicios que se vienen. "Yo creo que han sido seis años donde se hicieron muchas cosas positivas por el club. Obras, hemos estado en los primeros puestos de la Sudamericana y la Libertadores, donde llegamos a semis en 2022. Ponemos el cuerpo para hacer lo mejor para Vélez. Hay autocrítica también y reconocemos que hay cosas que no se hicieron bien", expuso.

Tras algunas explicaciones sobre los mercados de pases que no conformaron al auditorio, se pidió que los representantes que votaran se identificaran, a fin de incluir sus nombres en las auditorías que prometieron los candidatos a ocupar la próxima Comisión DirectivaLa moción fue rechazada aumentando aún más el descontento, que alcanzó su punto máximo con el resultado 30-29 en favor de la aprobación del balance, lo que desató las agresiones que comenzaron cantando  "que se vayan todos" y tras unos minutos de clima caliente, comenzaron a revolear sillas para los representantes de la directiva.

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Lo cierto, es que la delicada situación que vive Vélez se debe a que la actual gestión le dio la espalda a los socios, ya que nunca explicó con claridad sus decisiones, que dejó un manto de sospechas en cada mercado de pases, que actuó con soberbia y falta de profesionalismo.

La misma presentó un balance que muestra un superávit contable ínfimo pero deja un club en un estado económico desastroso: déficit operativo de US$1.800.000 mensual originado principalmente por el fútbol, del cual no se vio ningún logro, además triplicaron el que recibieron en 2017 (600 mil dólares).

Esto se suma a un pasivo total con un aumento de casi US$10.000.000 del que recibieron en 2017: pese a haber vendido por casi 120 millones de dólares y sin hacer grandes obras para la institución.

La deuda real a pagar en moneda extranjera es por más de US$13.000.000 mientras que cuando asumieron la misma ascendía a solo 110.000 euros. Más del 96% de la deuda en u$s es corriente, es decir, antes del 30 de junio de 2024 deben pagarse alrededor de US$12.600.00, le informaron a NA.