A 30 años de la muerte de Ayrton Senna vale la pena recodar una de sus mejores carreras en la Fórmula 1, que se produjo en su temporada debut corriendo para la escudería británica Toleman en las calles del principado de Mónaco y bajo una lluvia copiosa en 1984

El piloto brasileño había llegado ese año a la categoría, firmando contrato con uno de los equipos más modestos que había como lo era Toleman y buscaba mostrar su mejor versión para captar la atención de equipos de más renombre. 

Su debut se produjo en el Gran Premio de Brasil en el que tuvo que abandonar, pero inmediatamente logró dos sextos puestos en Sudáfrica y en Bélgica que le permitieron ganar confianza con el monoplaza. Igualmente, lo mejor llegó en la sexta fecha el 3 de junio en el Gran Premio de Mónaco. 

Ayrton Senna Monaco 1984 La Hazaña con el Toleman.wmv

Senna había clasificado 13° el sábado, pero todo cambió cuando el domingo comenzó a llover torrencialmente en el principado y las condiciones favorecieron a su estilo de manejo que había forjado de chico en el kartódromo de Interlagos, al que concurría especialmente los días de lluvia para practicar y mejorar sus habilidades.

Con la pista mojada y resbaladiza Senna comenzó a sacar sus mejores capacidades conductivas y a pasar autos, entre ellos al de Keke Rosberg, y todos se acuerdan del relator de la Cadena O´Globo Galvão Bueno cuando visiblemente emocionado comentó “Ayrton ultrapassa a Niki Lauda”. 

Luego de superar a todos sus rivales a Senna solamente le quedó adelante el líder de la carrera, Alain Prost, al que le venía bajando en promedio unos tres segundos por vuelta antes de que el francés hiciera lobby con las autoridades de la pista para que detengan la carrera, lo que le permitió asegurarse el triunfo. 

Ayrton Senna, perseguido por Elio de Angelis en el GP Mónaco 1984. Crédito: F1
Ayrton Senna, perseguido por Elio de Angelis en el GP Mónaco 1984. Crédito: F1

La carrera de Mónaco ´84 estaba siendo comentada por el ex campeón del mundo, James Hunt, que se hizo eco de esta situación y destacó: “Desde un punto de vista purista y desapasionado, no hay ningún motivo para detener la carrera”. 

Igualmente, a Senna le importó poco esta situación: levantó el brazo ante la multitud en Mónaco celebrando como si en realidad hubiera ganado la carrera y lo cierto es que esa gran actuación luego le permitió firmar un contrato con un mejor equipo como Lotus para correr en la temporada siguiente y comenzar a forjar una gran trayectoria en la Fórmula 1, categoría en la que fue tricampeón con McLaren en 1988, 1990 y 1991.