El senador por Río de Janeiro, Flavio Bolsonaro, hijo del presidente de la República Federativa del Brasil, Jair Bolsonaro, tildó a los argentinos de "malandros" con motivo de una incidencia deportiva, utilizando una palabra que se traduce como bandidos del portugués al español.

Una rápida consulta al diccionario de la lengua española informa que el término es utilizado de manera coloquial en Venezuela para definir al delincuente, especialmente joven, así como en la República Oriental del Uruguay. Para el resto de los hispano parlantes, la palabra correcta equivalente es malandra.

La frase de Bolsonaro hijo es una más de las definiciones despectivas que él y su padre han pronunciado dedicadas al resto del mundo que detestan y, en general, todo aquel que no les simpatice, entre ellos los vecinos de un país que suelen resultar castigados por la dialéctica de la comunidad sudamericana en general.

"Los argentinos fueron malandros. Sabían que estaban infringiendo la ley brasileña, impidieron que Anvisa los notificara y, a la fuerza, subieron a los cuatro jugadores que llegaron desde Inglaterra", escribió en su cuenta en la red social Twitter, una vez que la suspensión del partido de Eliminatorias Brasil-Argentina era un hecho. Y un escándalo internacional.

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Sin ir demasiado lejos, presidentes de la República Oriental del Uruguay, incluso el simpático José Mujica, han sido severos con los argentinos a lo largo de la historia contemporánea

En el contexto sudamericano, mientras tanto, el argentino en general carga con la fama de "agrandado" (vanidoso) o bien exagerado, amén de otros rubros en que los porteños, habitantes de la Capital Federal y, por extensión, una parte del Gran Buenos Aires, acreditan el mayor porcentaje accionario.

Barajando

El término malandros suena raro pero recuerda algo a los oídos acostumbrados al tango, porque ya lo pronunció nada menos que Carlos  Gardel, otro argentino -pero ciudadano del mundo- que fuera conocido dentro y fuera del ambiente del fútbol sudamericano por sus  magistrales actuaciones.

"Con las cartas de la vida por mitad bien marquilladas / Como guillan los malandros carpeteros de cartel / Mi experiencia timbalera y las treinta bien fajadas / Me largué por esos barrios a encarnar el espinel", arranca la letra del tango Barajando. 

Allí aparece la palabra que usó el hijo de Bolsonaro y alude a los tramposos del juego de cartas.

En este caso, se trataba de un hombre de apariencia honesta ("de galaico almacenero", así lo define el autor) que utilizaba ardides para ver el juego ajeno en las disputas por dinero. La letra completa de ese tango es un verdadero manual del lunfardo por la cantidad de términos del argot que incluye. 

Malandro sería en el lunfardo el equivalente de "malandrín" e incluso "Malandraca", nombre de otra pieza tanguera. 

Bolsonaro hijo usó esa palabreja este domingo 5 de septiembre de 2021 pero al porteño tanguero lo remonta a 1923, cuando Eduardo Escaris Méndez la escribió. 

La música es de Nicolás Vaccaro. Y fue grabada el 11 de diciembre de 1929 por Gardel, en una pieza memorable. 

Pero también la llevaron al surco Edmundo Rivero en su incursión lunfarda, así como por la orquesta "metalera" de Juan D´Arienzo con la voz "híper" tanguera del rosarino Alberto Echagüe.

En la búsqueda de la letra que provee internet aparecen variantes en las palabras, sobre todo en aquellas del lunfardo, ya que el tango pasó por períodos en que fue "adecentado" a la fuerza por las autoridades culturales.

Pero también es Rivero el cantante que elige malandra en lugar del malandro original. 

Como esa variante, hay otras dentro de la letra original según las versiones. Y es la orquesta de D`Arienzo la que marca los compases en puro dos por cuatro, ofreciendo el ritmo a los bailarines.