Tres pueblos rurales con historia para visitar en un día a 100 km de CABA en moto
Saliendo temprano y volviendo a la noche, son ideales para recorrerlo en moto y disfrutar un rato en cada uno o, en un fin de semana largo para dedicarle una jornada por igual.
El verano como la primavera son estaciones perfectas para disfrutar de un paseo en moto y, si lo que se busca es realizar una escapada de un día para desconectarte del ritmo urbano, hay tres destinos rurales con historia y encanto a menos de 100 kilómetros de la Ciudad de Buenos Aires para recorrer en moto en una jornada.
Saliendo temprano en la mañana, es posible visitar Capilla del Señor, Chascomús y San Antonio de Areco, disfrutando de su arquitectura colonial, su cultura y su gastronomía típica antes de regresar a la ciudad por la noche.
Son pequeños pueblos que conservan la esencia de la historia bonaerense y permiten viajar en el tiempo a través de sus calles, su arquitectura y sus costumbres. Para quienes buscan hacer turismo histórico y rural es una escapada distinta, lejos del ruido urbano y cerca de la tradición, una ruta de un día por Capilla del Señor, Chascomús y San Antonio de Areco es una excelente opción.
En cada uno de estos destinos se pueden descubrir rincones con encanto, disfrutar de la gastronomía criolla y conocer historias que marcaron la identidad de la provincia.
Recorrer estos tres pueblos en una sola jornada es una experiencia accesible y enriquecedora. Con una salida temprano en la mañana y un itinerario bien organizado, es posible disfrutar de cada parada sin apuros, sumergiéndose en la tranquilidad del campo y la cultura local.
Desde cascos históricos con calles empedradas hasta estancias gauchas y costaneras con paisajes únicos, esta ruta es ideal para quienes buscan una combinación de historia, naturaleza y sabores típicos en un solo día.
Uno a uno: qué hacer y qué comer
Capilla del Señor, un pueblo con encanto colonial
Ubicado a unos 85 km de CABA, en el partido de Exaltación de la Cruz, Capilla del Señor es uno de los pueblos más antiguos de la provincia y conserva un aire colonial que lo hace único. Sus calles empedradas, antiguas casonas y su iglesia histórica invitan a un recorrido tranquilo y pintoresco.
¿Qué hacer?
- Recorrer la Plaza San Martín.
- Visitar la Iglesia Parroquial Exaltación de la Cruz.
- Conocer el Museo del Periodismo Bonaerense, donde se imprimió el primer periódico del interior de Buenos Aires.
- Caminar por el casco histórico y detenerse en la vieja estación de tren, un símbolo del pueblo.
¿Qué comer?
Capilla del Señor es ideal para un desayuno o un café antes de continuar el viaje. Un buen lugar para una parada es La Fusta, una cafetería con panadería artesanal donde se pueden probar medialunas recién horneadas.
Chascomús, un destino con historia
A unos 120 km de CABA, Chascomús es famoso por su laguna, pero también tiene un rico pasado histórico. Fundado en 1779, este destino fue clave en la historia bonaerense, con la Batalla de los Libres del Sur como uno de sus episodios más recordados.
¿Qué hacer?
- Caminar por el casco histórico.
- Visitar la Casa de Casco, una de las construcciones más antiguas del pueblo.
- Recorrer la costanera de la Laguna de Chascomús, un punto ideal para relajarse y sacar fotos.
- Visitar el Fuerte San Juan Bautista, que rememora el pasado colonial de la región.
¿Qué comer?
Chascomús es famosa por sus parrillas, por lo que el almuerzo puede ser un buen momento para disfrutar de un asado. Una opción recomendada es La Cuadra, donde se pueden probar carnes a la parrilla y empanadas criollas.
San Antonio de Areco, un pueblo con tradición y cultura gauchesca
A unos 113 km de CABA, San Antonio de Areco es la cuna de la tradición gaucha y un imperdible para los amantes del folclore argentino. Con sus pulperías, estancias y talleres de artesanos, es un viaje en el tiempo al corazón de la cultura criolla.
¿Qué hacer?
- Visitar el Museo Ricardo Güiraldes, dedicado al autor de "Don Segundo Sombra" y a la tradición gauchesca.
- Recorrer el Puente Viejo sobre el río Areco, un ícono del pueblo.
- Pasar por la Plaza Ruiz de Arellano y detenerse en alguna de sus pulperías para tomar un café.
- Visitar los talleres de platería, donde los artesanos siguen trabajando como hace siglos.
¿Qué comer?
San Antonio de Areco es ideal para cerrar el día con una merienda típica. En La Esquina de Merti, una tradicional confitería del pueblo, podés disfrutar de pastelitos de membrillo y mate cocido antes de emprender el regreso a la ciudad.