Calles salvajes son las que tiene la Argentina por estos días. Gente irritable que se pelea por cualquier cosa, agresiones por discusiones de tránsito, piqueteros que apedrean camioneros, riñas en comercios, ladrones que atacan primero y roban después, víctimas que no se someten y hacen justicia por mano propia, violencia intra familiar y entre parejas de todos los géneros habidos. Estos son sólo una muestra de un catálogo diario de violencia social a la que los argentinos parecen haberse acostumbrado.

El lunes 21 de junio el doctor Alberto Bresciani casi pierde la vida.

“En principio el origen de la causa que estoy investigando en la puerta del restaurant José Ingenieros de Maipú 3502, y que terminó con el doctor Alberto Bresciani y un amigo de él, muy golpeados por el ataque en patota recibido, podría inscribirse como un hecho más de la locura que se vive en estos días con gente que arranca con violencia ante el más mínimo roce. Lamentablemente, me toca investigar varios hechos de esta índole por día”, sostiene el fiscal Alejandro Guevara.

La instrucción que está llevando adelante el funcionario judicial de zona norte de la provincia de Buenos Aires acerca del hecho que involucró al reconocido vecino y doctor de Vicente López, Arnaldo Bresciani, indica que el médico del Hospital Bernardo Houssay, estaba cenando con una pareja amiga, Guillermo Parisi y su esposa, quienes se molestaron por el comportamiento de dos chicos de una mesa vecina que no dejaban de hacer travesuras sin que sus padres tuvieran el más mínimo indicio de llamarlos a buen comportamiento.

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De lo manifestado a NA por testigos y trabajadores del local se desprende que la señora de Parisi pidió que algún adulto supervisara a los dos nenes que se encontraban jugando por debajo de los manteles, gritando y corriendo por los pasillos.

Como suele suceder desde hace un tiempo para acá, los padres suelen consentir desmedidamente a sus hijos, y en vez de reprenderlos como se hubiera esperado, el “padre de familia” se molestó y le respondió de mala manera a la señora.

Bresciani interrumpió la discusión para decir que no era necesario un enfrentamiento y pidió que controlen el comportamiento de los chicos porque era imposible comer así. De inmediato, el mismo hombre le respondió sin pudor: "Yo a vos te conozco y te voy a matar",  a lo que Bresciani replicó que su violencia provenía al no poder tolerar una queja cordial.

Ahora bien, llegado a este punto, hay que expresar que el doctor Arnaldo Bresciani tiene actuación política, fue candidato a intendente de Vicente López y durante el primer período de Jorge Macri como intendente municipal fue secretario de salud hasta que lo desvincularon del cargo.

Por ese motivo, el fiscal de la causa no descarta un móvil político aunque aún no se ha podido acreditar.

Luego que los mozos del tradicional bodegón de Olivos acomodaron a los comensales en mesas alejadas entre ellos, hecho que realizaron bajo la atenta mirada del resto de los presentes en el local y, fundamentalmente, de los integrantes de una mesa de siete personas, entre las que se encontraba el político radical Armando Benedetti, alias “Torito”, ex concejal del distrito, Bresciani salió a fumar a la puerta del local y fue allí cuando se desencadenó una gresca y ataque en patota que le  puede costar un ojo.

Bresciani comentó "Pensé que se habían retirado, pero este hombre, que estaba con los chicos, volvió a aparecer para decirme que quería pelear. Para esquivar la situación me desplacé hacia la esquina, pero en cuestión de segundos una patota de seis personas me interceptó y comencé a ser pateado en el suelo hasta que me desmayé”.

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Bresciani relata que, si bien Armando Benedetti no formó parte del ataque, era uno de los miembros que integraba la multitudinaria mesa que no dejaba de observarlo dentro del restaurante. Para el puntero radical de Carapachay, en declaraciones al diario Clarín, "el problema fue con los papas de la mesa de al lado y tengo entendido que algunos de mi mesa, lo agredieron porque conocían a esa familia, pero no sé más nada ni me interesa". Al menos dos integrantes de la mesa en la que estaba Benedetti habrían participado del ataque en patota al médico.

Nadie le quita de la cabeza al doctor Bresciani que se trató de un hecho relacionado con su actividad política a pesar que no existe una escena premeditada para llevar un ataque de esas características puesto que la presencia de esos comensales fue un hecho fortuito.

Lo cierto es que el ataque pudo haber tenido consecuencias peores para Bresciani si su amigo Guillermo Parisi no hubiera intervenido al ver el cobarde ataque en manada. Parisi también recibió heridas de consideración pero al médico del hospital Houssay le han diagnosticado que tuvo un desprendimiento de retina del ojo derecho.

Consecuencias de una sociedad que ya no sabe cómo convivir sin agresión.