El detenido como sospechoso de varios delitos, entre ellos el crimen de Johana Ramallo, la joven de 23 años desaparecida el 26 de julio de 2017 y cuyo cuerpo, despedazado, apareció incompleto meses después, se  negó a declarar ante el juez federal de La Plata Alejo Ramos Padilla.

Se trata de Carlos Omar Rodríguez, alias “El Cabezón”, un personaje conocido en el ambiente de la zona roja de La Plata.

Rodríguez, asistido por un defensor oficial, hizo uso de su derecho a negarse a declarar y pidió su excarcelación, lo que será resuelto mañana por el juez.

Durante el acto de la indagatoria, Rodríguez fue acusado de comercialización y distribución de drogas (especialmente cocaína), explotación de trabajadoras sexuales, facilitación de la prostitución en la denominada zona roja de La Plata

Esas conductas aparecieron en superficie durante la  investigación por la muerte de Johana Ramallo.

Rodríguez, según la acusación, compraba la cocaína a dos “dealers” (proveedores), la  fraccionaba y la entregaba a las trabajadoras sexuales para su consumo personal y la venta a los clientes.

Rodríguez también está acusado de brindar “protección física”, de la administración de la venta de los servicios sexuales y de connivencia con fuerzas de seguridad para operar en esos ilícitos sin ser molestado.

Según la imputación, Rodríguez tenía una “relación íntima” con Johana Ramallo, además de estar sospechado de ser su proxeneta y ofrecer sus servicios sexuales a través de las redes sociales.

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Ramallo fue vista con vida por última vez la noche del 26 de julio de 2017, cuando salió de su casa y prometió a su madre que regresaría cerca de las 20.

Su desaparición fue denunciada al día siguiente y originó una causa por “averiguación de paradero”, con intervención de la justicia provincial.

Pero la familia de Ramallo pidió que el caso fuera investigado como posible trata de personas y pasó así a la órbita federal, donde durante cuatro años prácticamente no se registraron avances.

El desembarco de Ramos Padilla en el juzgado de La Plata reactivó la investigación y avanzó sobre el manejo de la prostitución y el comercio de drogas en la zona roja de La Plata.

Johana, madre de una niña y separada del padre de ésta, trabaja en una cooperativa en el marco del programa “Ellas hacen” y frecuentaba –según testigos- la Plaza Matheu, la “zona roja” de La Plata.

La  noche previa a su desaparición, Johana se había descompensado en esa zona y fue trasladada a un hospital cercano, del que se escapó a las pocas horas.

En agosto de 2018, aparecieron en distintos lugares de La Plata una pierna, un pie y un brazo humanos, que una vez sometidos al cotejo genético arrojaron coincidencia con el ADN de la joven que estaba desaparecida.