Pablo Prenna, un ex diputado y funcionario de Dirección Provincial de Rentas de Neuquén, tuvo un ataque de furia por el arreglo de su celular y terminó rompiendo el local.

El hecho ocurrió en las últimas horas cuando Prenna fue hasta el local del shopping Portal Patagonia, donde había comprado hacía seis meses un celular Samsung Flip 4 por el que pagó más de 300 mil pesos.

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Cuando se acercó al lugar le explicó a la empleada que desde hacía unos días en la pantalla plegable aparecía una raya negra y que por el poco tiempo de uso todavía estaba en garantía

Ante este pronóstico pidió que le dieran un nuevo celular y otro para utilizar mientras solucionaban en el problema. Ante lo solicitado la encargada del comercio le reconoció que ya habían tenido los mismo problemas con otros teléfonos y que debía llamar a Buenos Aires y reclamar por la garantía.

Aun así, una hora después de ir al local el ex diputado recibió el llamada de la empleada indicándole que por tener "algunas marcas al costado" no le reconocían la garantía pero que le ofrecían arreglarlo por $25.000. 

Después de insistir Prenna se resignó y aceptó pagar el arreglo: “Me dio mucha bronca porque en medio de todo eso tuve que comprar uno muleto para poder seguir trabajando”, sostuvo.

Días más tarde, el funcionario se acercó al local para retirar el teléfono y es en ese momento donde la situación se tornó violenta. Cuando llegó al comercio otra mujer ingresó reclamando con enojo que le habían arreglado el mismo celular, puso la plata, pero que igual la raya seguía apareciendo.

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Justo cuando ocurría ese episodio la encargada le indicó a Prenna que debía firmar una garantía por el arreglo. Esto generó enojo en el ex diputado quien de forma inmediata comenzó a arrancar los celulares en exhibición y a romper cosas. 

Mientras arrancaba los teléfonos decidió salir del local y arrojarlos al piso a la vez que la empleada a gritos pedía ayuda. Después de varios minutos la seguridad del shopping retuvo a Prenna: "Me pegaron y uno de ellos me dijo que me iba a cagar a trompadas a la salida, pese a que yo les dije que era diabético y necesitaba tomar mis medicamentos. Mucha gente pedía que me liberaran y hasta lo aplaudían; había mucha confusión”.

“Son unos estafadores porque sabían que el modelo tenía fallas y lo seguían vendiendo. Yo pagué mucha plata para comprarlo y encima me dicen que la garantía no corre porque el celular tenía algunas rayitas; son unos sinvergüenzas”, expresó Prenna tras su liberación.