El juez en lo penal económico Alejandro Catania procesó al empresario Gustavo Juliá por el contrabando de siete kilos de oro en lingotes y 500 gramos de platino a los Estados Unidos. 

Juliá había sido condenado a 13 años en España tras descubrirse, en enero de 2011, un cargamento de 944 kilos de cocaína ocultos en el fondo de un avión en el aeropuerto El Prat, en Barcelona,  

Ahora quedó involucrado en otra causa y es por sacar del país, sin declarar, oro y platino por un valor estimado en 208 mil dólares (casi 190 mil en oro y unos 18 mil en platino). 

Según la acusación, Juliá intervino en calidad de organizador y jefe de ese vuelo que partió en agosto de 2009 desde Ezeiza y llegó a Miami, Florida, en los Estados Unidos. El hecho ocurrió antes que el empresario cayera detenido en España por la otra causa. 

La denuncia fue hecha por el Homeland Security de los Estados Unidos a partir del formulario de ingreso a nombre de Juliá de dicho cargamento que llegó el 5 de agosto de 2009. Junto con esa prueba, se comprobó que el propio empresario salió rumbo a los Estados Unidos esa misma fecha. 

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“Todos aquellos elementos probatorios examinados permiten tener por acreditado que Juliá egresó del territorio nacional en la fecha descripta, transportando metales preciosos, sin que efectuara la correspondiente declaración ante el organismo de control aduanero de lo que estaba transportando. Aquellos extremos se corroboran con el ingreso del nombrado en los Estados de Unidos, en el viaje detallado, en donde en calidad de pasajero de un vuelo comercial, declaró ante las autoridades de aduana extranjeras, los metales preciosos que se encontraba transportando”, expuso el juez en su resolución. 

“Que, en función de lo expuesto precedentemente, cabe poner de resalto que, a los fines de la configuración del delito de contrabando, resulta necesaria la existencia de una importación o exportación -en el marco de la cual se debe desplegar el elemento engañoso que provoque un entorpecimiento en el control que recae sobre el servicio aduanero”, añadió el magistrado

Si bien la causa lleva años, el juez recién pudo indagarlo y avanzar una vez que Juliá cumplió unos diez años de cárcel en España por la causa de contrabando de cocaína. 

Ahora, el empresario fue procesado sin prisión preventiva por contrabando de metales preciosos y asociación ilícita en calidad de jefe y se le fijó un embargo de 17.500.000 de pesos.