Un llamado telefónico fue clave para descifrar un crimen. Fue el propio agresor quién habló con su tía y le advirtió que había cometido un delito. 

"Tía, me mandé un cagadón", expresó con tono nervioso el joven. Esta llamada fue más que importante para revelar qué había sucedido Juan Ezequiel Segovia de 33 años, quién estaba desaparecido desde hacía unas horas.

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Aunque la situación ya se había salido de control, fue la propia mujer quién denunció el homicidio a la Policía.

En su relato, la tía señaló que el joven era un adicto en recuperación y que en las últimas horas la había llamado para contarle lo que hizo. 

Ante lo denunciado, una patrulla policial se acercó, junto a la mujer, hasta el domicilio del agresor ubicado en la calle Humahuaca al 2600 en Morón sur.

En el allanamiento, la Policía científica encontró en un galpón el cuerpo de la víctima: "Estaba tapado con hojas y ramas", informaron fuentes judiciales al medio Primer Plano

Asimismo, confirmaron que el hombre murió producto de una fractura y hundimiento de cráneo con pérdida de masa encefálica. 

Los peritos a cargo de la investigación revelaron que en un cuarto continuo encontraron manchas de sangre en las paredes y secuestraron un arma de fabricación casera de hierro que sería la que se utilizó para asesinar a la víctima. 

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Por la autopsia se pudo confirmar que el fallecido era Juan Ezequiel Segovia de 33 años y por el hecho se detuvo a Agustín Alejandro Mirto de 24 en la casa de su papá ubicada en Haedo.

La causa quedó en manos de la Fiscalía N°6 de Morón, quienes tratan de averiguar los motivos del crimen.