Técnica Grounding para reducir la ansiedad: de qué se trata y cómo se aplica
Se trata de una técnica sencilla, capaz de ser aplicada en cualquier lugar y con beneficios comprobados científicamente.
Todos sentimos ansiedad en algún momento y es normal. El problema, en un primer momento, aparece cuando no sabemos cómo manejar ni disminuir esa sensación molesta –a veces intolerable- que irrumpe en nuestra rutina diaria.
No siempre tiene que estar vinculada a sucesos negativos, traumáticos o experiencias que nos provoquen miedo. Por el contrario, son muchas las ocasiones en las que la ansiedad aparece con picos de euforia ante escenarios novedosos, excitantes, incluso muy felices, alterando nuestro equilibrio interno y provocando reacciones indeseables en el organismo (taquicardia, sensación de falta de aire, dolor de panza, dificultad para dormir, entre otros síntomas). Si la ansiedad no logra ser controlada y se vuelve crónica puede ser síntoma de un cuadro clínico más complejo y, en ese caso, es conveniente hacer una consulta profesional.
De cualquier manera, a la ansiedad está bueno conocerla de cerca y aprender a tratarla. Una técnica probada científicamente con cada vez más adeptos en todo el mundo es el Grounding. Se trata de una técnica de relajación sencilla de poner en práctica que ayuda a enfocarse nuevamente en el presente a partir de lograr una correcta regulación emocional. La clave: entrar en contacto directo con la tierra.
El origen inglés de la palabra Grounding significa “conectarse a la tierra”, también se la conoce como Earthing y apunta a lo mismo. Esta técnica te propone que pongas los pies en la tierra y conectes con el momento presente. Con lo que está sucediendo en ese momento a tu alrededor.
Esta técnica está indicada para todas aquellas personas que atraviesan momentos de estrés o ansiedad y busca, a través de su sencilla aplicación, regular de manera natural –sin medicación ni ayuda externa- los sentimientos de preocupación, angustia o pánico.
Qué dice la ciencia
Partiendo de la base que nuestro cuerpo es un organismo conductor de electricidad y está cargado positivamente o negativamente, al entrar en contacto con la tierra, la cual tiene carga negativa, consigue descargar el exceso acumulado y equilibrar ese exceso de iones positivos.
Entonces, cuando nuestros pies descalzos tocan el suelo descargan la energía electroestática que tiene acumulada, una práctica que en la antigüedad era natural, hasta que con el uso de calzado nos separamos de la tierra y de este intercambio natural de regulación eléctrica.
La técnica de grounding está en línea con los resultados obtenidos de los investigadores americanos Chevalier y Oschman, quienes demostraron que cuando el cuerpo humano está cargado muy positivamente -como sucede en casi todos en el marco de la vida moderna-, las células tienden a atraerse entre sí generando tensión, y en cambio, cuando el cuerpo recibe cargas negativas las células logran separarse y la presión disminuye.
También respaldó los beneficios del Grounding un estudio desarrollado en la Universidad de California, indicando que es capaz de reducir los estados de inflamación en el cuerpo, fortalecer la respuesta inmune y generar una sensación de mayor vitalidad.
Asimismo, a través de un estudio piloto con 40 personas, se comprobó que estar conectados con la tierra logra mejorar su estado de ánimo. Los resultados demostraron que las personas que tuvieron sus pies descalzos sobre la tierra durante una hora al día se sintieron más positivos, menos negativos y más relajados que quienes solo se sentaron a meditar al mismo tiempo (grupo de control).
Cómo se aplica la técnica de Grounding
Lo primero que hay que hacer es quitarse el calzado y buscar una superficie donde haya tierra, ya sea con pasto, arena o piedras.
La técnica únicamente pide que camines sin detenerte durante diez minutos. En esos minutos, es importante que te concentres en lo que tus pies están sintiendo al caminar. La respiración deberá ser pausada hasta volverse natural, hasta, en el mejor de los casos, olvidarte de pensar en ella.
Otra alternativa: Grounding 5-4-3-2-1
Para episodios de ansiedad severos, existe otra variante que también tiene muy buenos resultados: se la denomina Grounding 5-4-3-2-1. Es importante que en el momento que se empieza a sentir que la ansiedad aumenta, concentres toda la atención en la respiración.
Las respiraciones deberían ser lentas y profundas; recién cuando puedas observar cómo entra y sale el aire, podés dar un paso más y comenzar a pensar en el 5-4-3-2-1.
Esta técnica consiste en enumerar lo siguiente:
5 cosas que puedas ver: Observá a tu alrededor e identificá esa cantidad de objetos, preferentemente en el mismo espacio donde estás o lo que ves por la ventana. Puede ser una mesa, una silla, un poste de luz, etc.
4 cosas que puedas tocar y sentir la textura: Desde tu propio pelo, la tela de tu ropa o el objeto que tengas en frente (por ejemplo, una mesa, una puerta o lo que sea que esté allí).
3 que puedas oír: Prestá atención a los sonidos que te rodean. Podés reconocer la bocina de los autos, el runrún de la heladera o el canto de los pájaros.
2 olores a tu alrededor: Es válido cualquier aroma que esté presente en ese momento a tu alrededor: puede ser el aroma de una comida, el mate o café que te acababas de preparar, tu perfume o tu propio aroma corporal.
1 cosa que puedas saborear. Lo ideal sería que encuentres algo que te guste mucho, como podría ser un chocolate o un caramelo. Si no tenés nada de eso, simplemente podés concentrarte en el sabor que tiene tu boca, ya sea de aquello que comiste o del sabor de la pasta de dientes que te quedó luego de lavar tu boca.