La Suprema Corte bonaerense suspendió por 90 días a una jueza de Familia de Pilar y la puso al borde del juicio político por presuntas irregularidades graves en el desempeño de sus funciones.

Se trata de la titular del juzgado de Familia número uno del Departamento Judicial de San Isidro con sede en Pilar Mariana Silvina Valentini.

El máximo tribunal provincial le imputa “graves dificultades en el manejo y un negligente gestionamiento del organismo a su cargo, advirtiéndose importantes demoras y posibles irregularidades en la rúbrica de despachos”.

Además, también le reprocha “la suscripción de actas de audiencias en las que no habría participado la magistrada como así también claras omisiones en el control de providencias proyectadas por el personal firmadas por la doctora Valentini”.

En cuanto a sus actitudes, la jueza está acusada de “excesiva exigencia y delegación de tareas en los integrantes del organismo”, lo que trae aparejado “falta de dirección y liderazgo que afecta notablemente la eficiencia y el servicio de justicia”.

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“Ha delegado en personal despachante la valoración del riesgo y la conducencia de la medida cautelar”, que en casos de Familia requieren una especial atención y cuidado.

Por su “falta de compromiso reflejada en la ausencia de contracción al trabajo”, la jueza “renunció a ejercer la dirección del organismo ya que no llevó adelante actividad útil alguna destinada a buscar eficiencia en la labor judicial”, sostiene la resolución que la suspendió en el cargo.

Los jueces Luis Genoud, Sergio Torres, Hilda Kogan y Daniel Soria le dieron una licencia por 90 días, que en rigor parece el paso previo a que la jueza afronte un Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados y Funcionarios.