Pese a la invasión de mosquitos que afecta a la Ciudad de Buenos Aires, el Gobierno porteño remarcó hoy que "no hay que fumigar nada", ya
que se trata de una especie autóctona y no transmisora de enfermedades, por lo que "se generaría un daño ambiental que no solucionaría el problema".

Las lluvias casi continuas de las últimas semanas y el aumento de la temperatura provocaron un escenario ideal para la reproducción de los "mosquitos charqueros", cuyo nombre científico es Aedes albifasciatus.

Esta especie no transmite ninguna enfermedad, por lo que la invasión de estos mosquitos "no es un problema de salud pública", remarcó el gerente de Epidemiología porteño, Julián Antman.

En diálogo con NA, el funcionario del Ministerio de Salud de la Ciudad subrayó que la gran cantidad de estos mosquitos charqueros que azota al distrito "representa un problema para la población porque pican y es molesto, pero es así: hay calor, hay lluvia, hay mosquitos".

"Como no transmiten ninguna enfermedad, no son un problema de salud pública. Por eso, no hay que fumigar nada: son parte de la naturaleza. La fumigación no tiene ningún sentido para estos mosquitos", indicó.

Y señaló: "Al contrario, si se fumigara, no se solucionaría el problema, sino que se generaría uno mayor, porque se tiraría insecticida al aire y se matarían otras especies".

En ese sentido, Antman explicó que "la fumigación sólo se recomienda para casos puntuales, como cuando se detecta dengue y se procede a fumigar en casas, además de descacharrar, porque el Aedes aegypti es un mosquito domiciliario".

Por otra parte, el gerente de Epidemiología destacó que hasta el momento "no se detectaron casos positivos de dengue ni autóctono ni importado", aunque afirmó que en lo que va de 2021 "hubo 98 casos sospechosos; 258 en la campaña 2020/21 (que comenzó el pasado 1 de julio)".

En el marco de la campaña de concientización, el Gobierno porteño aseguró que se mantienen las tareas de descacharreo para evitar la proliferación del Aedes aegypti, transmisor de enfermedades potencialmente letales como dengue, zika y chikungunya.

El mosquito charquero se caracteriza por poner huevos en depresiones del suelo, a la espera de lluvias: incluso pueden resistir varias semanas hasta que el agua aparece y los insectos eclosionan.