La culpa siempre es del otro, ¿te suena? Cuando hablamos de personas narcisistas desde el sentido común resulta relativamente fácil identificar algunas características clásicas: hay exceso de vanidad, egocentrismo, poca empatía e interés por lo que le sucede al resto de las personas, entre otras. Desde el psicoanálisis, el narcisismo está fuertemente vinculado con la constitución del Yo, es decir, con una instancia clave en la formación psicosocial de todas las personas.

Pero, ¿qué pasa cuando esa herramienta clave en la formación psíquica se exacerba hasta convertirse en una cuestión patológica?

Para reconocer los principales rasgos narcisistas y evitar ser manipulados a través de sus conversaciones, NA conversó con la psicoanalista Bárbara Lamanna.

“Para empezar, es importante distinguir entre lo que significa ser un narcisista desde el sentido común y el concepto de narcisismo desde el psicoanálisis: Lo que todos conocemos como narcisista sería alguien que solo se interesa por sí mismo y no tiene consideración por el otro. Desde el psicoanálisis, el narcisismo es un concepto central que permite entender cómo se constituye el yo”, introduce y detalla: “Freud plantea que el Yo es una instancia psíquica que debe ser desarrollada ya que no es innata. Años más tarde, Lacan lo retoma y afirma que lo que debe suceder para que se constituya el Yo es la identificación. Es decir, el Yo se constituye a partir de la imagen de un otro semejante vía la identificación. Entre sus funciones se encuentran: el pensamiento, el control de impulsos y el criterio de realidad. Para resumirlo, el narcisismo es constitutivo para el ser hablante”.

Cuando ese narcisismo se convierte en un rasgo predominante de la personalidad se empieza a considerar como una caracteropatía, según lo expres la psicoanalista Diana Rabinovich en su libro “Una clínica de la pulsión: las impulsiones”.

Una caracteropatía es una patología caracterizada por el predominio de un rasgo psicológico de la personalidad que se manifiesta de manera que dificulta el desarrollo de las demás áreas de su vida (familia, trabajo, estudio).

Asimismo, en las clasificaciones diagnósticas actuales (DSM – 5, 2013) se describe un tipo de trastorno de personalidad narcisista caracterizado por la presencia de sentimientos de importancia y grandiosidad, fantasías de éxito, necesidad exhibicionista de atención y explotación en las relaciones interpersonales.

“Un rasgo particular de la persona narcisista es que no hay lugar a la pregunta, solo respuestas (ya que lo saben todo) y tiende a rechazar el conflicto. Además, la persona se presenta en una posición en la que no se hace cargo de sus actos y siempre logra que la culpa sea del otro”, dice Lamanna.

Entre los ejemplos que podrían servir para identificar a las personas narcisistas de manera sencilla, la experta resalta una frase común que suele aparecer ante cualquier tipo de conflicto: “yo soy así”. Con esa respuesta se cierra la posibilidad al diálogo y se da por asumida la imposibilidad de revisión ni cambio de posición.

“A pesar del personaje con el que se muestran, se tratan de personas bastante frágiles con problemas para armar lazos sociales”, advierte.

Cuándo el narcisismo es patológico

Otto Kernberg, psiquiatra y psicoanalista, diferenció al narcisismo normal del patológico. Si bien hay enormes diferencias teóricas respecto al psicoanálisis de Freud y Lacan se puede encontrar un punto de coincidencia fundamental: Todos coinciden en que en el narcisismo puede haber ciertas cuestiones que lo hagan patológico”.

En esta línea se describe la personalidad narcisista de la siguiente manera:

  • Gran necesidad de ser admirados y amados.
  • Las interacciones con los demás están referidas a sí mismos.
  • Poseen un concepto elevado de sí mismo, pero al mismo tiempo necesitan recibir el reconocimiento de los otros.
  • Carecen de empatía.
  • Poca profundidad respecto a lo emocional
  • Tienden a idealizar a determinadas figuras y despreciar a aquellos que consideran inferiores
  • Aparente simpatía y encanto
  • Grandes dificultades para amar a otro
  • Son propensos a sentirse heridos o rechazados

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Evitar ser manipulados por narcisistas

“La posibilidad de evitar ser manipulados va a depender de cada caso y de cada contexto. No es lo mismo tener que lidiar con un jefe narcisista que con un conocido circunstancial. Como opinión personal diría que dejarlos hablar es una buena opción”, dice Lamanna.

Si vamos hacia los orígenes de la palabra narcisismo encontramos su nacimiento en la mitología griega. En este sentido, Lamanna recuerda que Narciso era un hermoso joven admirado por mujeres y hombres a quienes él rechazaba sistemáticamente. “Narciso estaba tan enamorado de su imagen que, estando a orillas de un lago cristalino, fascinado ante su propio reflejo, se fue acercando cada vez más hasta terminar cayendo. Se ahogó en su propio narcisismo. Esta sería una buena metáfora que nos puede dar la pista de qué hacer o cómo actuar frente a una persona así”, reflexiona.

Por su parte Belén Tarnowski, psicóloga y autora de “La estafa emocional: causas, consecuencias y cómo sanar las relaciones con narcisistas y psicópatas”, presenta algunos ejemplos clásicos que pueden servir de una “guía práctica”.

En su libro lo detalla así: “(La persona narcisista) toma una parte de tu discurso, lo distorsiona y desvía la atención del tema central; acapara la conversación, interrumpe, hace como si te escuchara pero luego vuelve al tema que quiere como lo que dijiste no importara; se hacen pasar por personas racionales, inteligentes y correctas pero usan puras falacias, adornos en sus discursos para sonar elocuentes; el amor incluye mucho dolor necesariamente y tus reacciones a su abuso son prueba de que tú también eres violento/a”.

Algunos estudios recientes

Entre los diversos estudios que investigan las causas de este tipo de trastorno de personalidad, en la última década se demostró que el factor genético también estaba dentro de la lista de los causales.

La investigación dirigida por el investigador chino Yu Mao y su equipo, que fue publicada en 2016 en la revista Neuroscience, demostró que el narcisismo patológico estaba asociado con la reducción del grosor y volumen de la corteza prefrontal, la cual juega un rol importante en el control ejecutivo del cerebro y se relaciona con la desregulación emocional que presentan estos pacientes.

Al mismo tiempo, otra investigación realizada por un grupo de científicos del Hospital Universitario de La Charité y de la Universidad Libre de Berlín, también reveló que el narcisismo patológico está relacionado con una disminución de la materia gris en una región del cerebro responsable de la compasión.