Pedro Pablo Nakada Ludeña, conocido como "el apóstol de la muerte", fue un asesino serial que mató a 25 personas, aunque fue condenado por 17 homicidios, porque según se defendió "Dios le había ordenado limpiar la Tierra eliminando a los drogadictos, las prostitutas, los homosexuales y los criminales".

Nacido el 28 de febrero de 1973 en el distrito de El Agustino Lima, Perú, este sujeto tuvo que soportar que su padre biológico fuera alcohólico y su madre tenía un trastorno mental no especificado​.

La infancia de Nakada Ludueña fue muy dura y estuvo marcada por la violencia de sus padres y los abusos de sus hermanos, quienes lo obligaban vestirse de mujer y así salir a la calle o violarlo. Esos hechos llevaron a decir a este homicida que odiaba a los homosexuales.

De niño confesó haber torturado animales, al tiempo que no terminó el tercer año de la escuela secundaria, pero tuvo mucha habilidad con la mecánica. 

En 1990 ingresó al Ejército del Perú, aunque él aspiraba a llegar a ser una autoridad y tener  poder para "eliminar a los enemigos de Dios".

Sin embargo, lo echaron porque padecía esquizofrenia paranoide y tendría posiblemente el trastorno de psicopatía.

En 2003, Nakada Ludueña le pagó a un ciudadano japonés 800 soles para que lo adoptara como adulto. La idea era que eso lo ayudara a emigrar a Japón como descendiente de japoneses.

Para ello cambió su apellido paterno de Mesías a Nakada, una  táctica habitual de asesinos peruanos como una forma de escapar de la Justicia local.

Este múltiple homicida nunca se mudó a Japón, pero sí lo hizo su hermano menor Vayron Jonathan Nakada Ludeña, quien fue detenido allí en 2015, después de cometer una ola de crímenes en tres días: apuñaló y mató a seis personas en la prefectura de Saitama, en septiembre de 2015.

Este hombre fue condenado a la pena de muerte, haciendo que tenga muchos intentos de suicidio por ello. La familia afirmó que ambos hermanos eran esquizofrénicos.

Nakada Ludueña mataba a sus víctimas con pistolas calibre 9 milímetros equipadas con sus propios silenciadores de goma hechos a mano, modificados a partir de zapatillas. 

Según afirmó, escuchaba la voz de Dios que le "había ordenado limpiar la Tierra eliminando a los drogadictos, las prostitutas, los homosexuales y los criminales".

Este sujeto fue detenido el 28 de diciembre de 2006, después de un tiroteo con la Policía dentro de su lugar de trabajo. Por el intercambio de disparos, un oficial resultó herido.

"El apóstol de la muerte" confesó haber matado a 25 personas, pero la Justicia solo lo declaró culpable de 17 homicidios y fue sentenciado a una pena máxima de prisión de 35 años.

En la actualidad permanecía internado en un centro neuropsiquiátrico.