Cristian Gabriel Álvarez Congiu, más conocido por su nombre artístico como músico, Pity Älvarez, no está en condiciones de afrontar un juicio oral y público por homicidio, un delito cometido en julio de 2018 y por el que está detenido desde entonces.

Así se desprende de un último informe elaborado por el Centro de Asistencia Judicial Federal Cuerpo Médico Forense, que describió un cuadro general lamentable y pese a que “al momento actual no surgen indicadores de riesgo cierto e inminente de daño para sí y/o terceros”, advierte que “el estrés que implica enfrentar el proceso agravaría su estado actual”.

Sobre la base de esa evaluación, el defensor oficial Javier Aldo Marino pidió que el juicio oral por homicidio no se celebre y se lo deje en libertad.

“No se encuentra en condiciones de estar en juicio, ha sufrido un deterioro cognitivo, tiene un estado de depresión, y cuenta en su historial con la profusa ingesta de sustancias tóxicas desde la adolescencia, y por más de 35 años, con el deterioro que ello le hubiere causado a su organismo”, explicó el defensor.

“Se ha producido un significativo deterioro de su condición”, resumió.

El Tribunal Oral número 29, integrado por los jueces Gustavo Goerner, Cecilia Maiza y Juan María Ramos Padilla, deberá resolver ahora qué hacer con Älvarez.

Por lo pronto, el fiscal Sandro Abraldes coincidió en que el ex músico no está en condiciones de afrontar un juicio oral, pero se opuso a su libertad y postuló, en cambio, una “medida de seguridad”, probablemente una internación involuntaria supervisada por un juez civil.

Álvarez actualmente “se encuentra bajo internación del dispositivo PRISMA”, el Programa Interministerial de Salud Mental Argentino, que funciona en el ámbito del Ministerio de Salud pero en los hechos funciona casi como un establecimiento carcelario.

El peritaje psiquiátrico, realizado el 22 de marzo pasado y ya incorporado al expediente, indica que “el estrés que implica enfrentar el proceso agravaría su estado actual”.

“Las facultades mentales de Cristian Gabriel Älvarez Congiu, en el momento del examen no encuadran dentro de los parámetros considerados como normales,
desde la perspectiva médico legal. Presenta una afección compatible con Síndrome Depresivo, antecedentes de uso de sustancias (dependencia), Trastorno Cognoscitivo No Especificado y Antecedente de Trastorno Psicótico No Especificado”, dijeron los profesionales que lo evaluaron.

“El estado actual puede ser tratado de interdisciplinario psiquiátrico, psicológico, neurológico, clínico y social. La posibilidad de reversión queda supeditada a la evolución de sus trastornos y la respuesta que presente a los tratamientos. (…) Como lineamiento psicofarmacológico general se recomienda el uso de las menores dosis de psicofármacos posibles”, añade el reporte.

Los facultativos describieron un cuadro extremo sobre la salud de Álvarez: “se presenta a la entrevista en malas condiciones de higiene y vestimenta. El pantalón se encontraba manchado de materia fecal. (…) Se encuentra orientado respecto de sí y desorientado respecto del espacio: no sabe fecha, día, mes y estación del año. (…) La exploración de la memoria denota fallas parciales. No recuerda cuanto tiempo estuvo detenido”.

Al pasar, el informe describe una situación en extremo significativa: “no tiene interés en tocar la guitarra”.
Además, padece “trastornos en la alimentación: aumento de apetito y del peso (aumento 30 kg aproximadamente)”.