El Mieloma múltiple (MM) es una enfermedad que se origina cuando crecen en forma descontrolada las células plasmáticas, que son las que se encargan de producir los anticuerpos, se calcula que afecta a cerca de 1.300 argentinos por año y muchas veces se diagnostica tarde, pese a que su detección no es complicada. Además se caracteriza por alternar episodios de remisiones y recaídas de la enfermedad, los cuales requieren diversos abordajes terapéuticos, siendo fundamental que la ciencia siga investigando y acercando nuevas opciones de tratamiento.

Hubo muchos avances en las últimas décadas y las personas con MM logran extender su esperanza de vida: la tasa de mortalidad por esta enfermedad disminuyó un 0.8% anual y la tasa de sobrevida a cinco años se incrementa consistentemente desde 1975.

“Que los pacientes estén viviendo más años es una gran noticia, ya que es una enfermedad que suele producir recaídas, cada vez más frecuentes, con tratamientos que dejan de ser efectivos, teniendo que cambiar a otro esquema terapéutico. Por eso, es crítica la llegada de nuevas moléculas que nos permitan dar respuesta a estos pacientes”, sostuvo la Dra. Dorotea Fantl, Consultora y Staff de la Sección Hematología del Hospital Italiano de Buenos Aires, asesora de la Fundación Argentina de Mieloma y ex Presidente de la Sociedad Argentina de Hematología.

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En ese sentido, en nuestro país, se aprobó y ya se encuentra disponible un nuevo anticuerpo monoclonal, denominado Isatuximab, que demostró reducir un 40% el riesgo de mortalidad y avance de la enfermedad e incrementar lo que se conoce como sobrevida libre de progresión, que es el tiempo que se logra detener el avance de la patología.

“El uso de esta nueva medicación, en combinación con otras dos, en pacientes recaídos a 2 terapias logró que los pacientes estén casi un año con su enfermedad controlada (11,5 meses), lo que supone una mejora de cinco meses respecto del estándar (6,4), una mejoría sumamente auspiciosa en una enfermedad compleja de tratar”, subrayó el Dr. Juan Dupont, Jefe de Hematología del CEMIC y actual Presidente de la Sociedad Argentina de Hematología.

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Isatuximab fue aprobado en combinación con otras dos drogas (Pomalidomida y Dexametasona) para el tratamiento de pacientes adultos con mieloma que hayan progresado al menos a dos terapias previas, incluyendo Lenalidomida y un inhibidor de proteasoma. Esta medicación combate las células malignas uniéndose a un receptor llamado CD38, que se halla en la superficie de todas las células de mieloma.

“Sabemos que el mieloma es incurable, pero la respuesta al tratamiento es importante para mantener una calidad de vida favorable. La enfermedad mínima residual negativa es la ausencia de células malignas detectables luego de lograr remisión completa. Cuando esto se logra, sabemos que la sobrevida libre de progresión y la sobrevida global son claramente mejores. En diferentes estudios clínicos, el uso de Isatuximab, en distintas combinaciones, permite que más pacientes alcancen ese objetivo terapéutico”, explicó el Dr. Dupont.

Cómo saber si se trata de un mieloma

El riesgo de desarrollar MM aumenta con la edad: es mucho más frecuente a partir de los 65 años y apenas el 1% ocurre en menores de 35. Con la progresión de la enfermedad, el paciente puede experimentar síntomas como fracturas, dolor óseo, anemia e infecciones. Puede también presentar alteraciones en el metabolismo del calcio, así como falla renal o cardíaca.

La intervención del médico de cabecera o del clínico es muy importante, dado que debe identificar signos y síntomas que, en un principio, pueden parecer generales e inespecíficos, y asociarlos a un diagnóstico presuntivo de MM. Sobre la base de una sospecha clínica de MM, el médico solicitará exámenes de sangre, orina, estudios imagenológicos y biopsias que confirmarán o descartarán el diagnóstico.

“El Mieloma múltiple puede clasificarse por nivel de riesgo y esto depende de las características de la enfermedad, sus alteraciones genéticas y de los factores de riesgo de los pacientes. El especialista que trata esta enfermedad es el hematólogo, pero dada la heterogeneidad de la enfermedad, interviene en su manejo un equipo multidisciplinario integrado por médicos clínicos, cirujanos, nefrólogos y enfermeros especialistas en oncohematología, entre otros”, explicó la Dra. Fantl.

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Los tratamientos dependen del tipo de MM y del estado del paciente, pero suele abordarse con una combinación de dos, tres y hasta cuatro medicamentos. En determinados pacientes, la primera opción de tratamiento es el trasplante autólogo de médula, que se realiza luego de un tratamiento de inducción con quimioterapia con el fin eliminar las células malignas, seguido de un tratamiento de mantenimiento.

“Lo más importante es que podamos ir acompañando a los pacientes en su camino con la enfermedad, brindándoles respuestas en las diferentes etapas que atraviesan. En ese sentido, confiamos en que más investigación representa mejores innovaciones que irán llegando y que nos permitirán extender cada vez más la sobrevida de los pacientes y contribuir para mejorar la evolución de esta enfermedad oncohematológica; confiamos en que vamos hacia allí”, completó el Dr. Dupont.