El Ministerio de Educación de Chile anunció que introducirá modificaciones en sus programas de alimentación en las escuelas públicas, entre las cuales está una reducción del 50 por ciento de las raciones de pan, con el fin de combatir los altos índices de obesidad entre la población infantil.

La Junta Nacional de Auxilio Escolar y Becas (Junaeb), organismo dependiente de la cartera de Educación, detalló que no solo se recortará el 50% del consumo de pan de los menús escolares para combatir los altos índices de obesidad, sino que se aumentarán las proteínas y se potenciará un cambio de hábito con las frutas al desayuno", explicó el director de JUNAEB, Jaime Tohá.

Las modificaciones se producen después de un aumento de casi un 30 por ciento de las tasas de obesidad entre la población infantil de menos de 15 años, debido al sedentarismo que trajeron consigo los confinamientos derivados de la crisis sanitaria provocada por la pandemia del coronavirus.

Más de 8.000 establecimientos educacionales participaron en la medición del Mapa Nutricional Junaeb 2020, que establece los perfiles nutricionales de niños, niñas y jóvenes de prekínder, kínder, 1° básico, 5° básico y 1° medio del sistema público.

Dada la suspensión de clases y su reemplazo por aprendizaje remoto, en esta ocasión las propias familias tuvieron un rol fundamental en la medición, levantamiento y entrega de los datos.

Surgió que los niños y niñas más pequeños fueron los más afectados, ubicándose dentro de los grupos con peor situación nutricional.

En prekínder, la obesidad total alcanza un 28,6%, en kínder, un 29,5% y en primero básico un 27,9%. En esos tres primeros cursos, 4 de cada 10 niños con obesidad tiene obesidad severa.

Samuel Durán, académico de la Carrera de Nutrición de la U. San Sebastián, señala que esta situación puede estar relacionada con varios factores como los cambios de hábitos de alimentación de las familias, el aumento de la frecuencia de las comidas, la escasa actividad física de los niños y los trastornos del sueño.

"Es un círculo vicioso, ya que va generando problemas de restricción de sueño y esto provoca alteraciones de hormonas, más apetito, menos ganas de hacer actividad física, lo que termina provocando el aumento de peso".

"Las niñas tienen menor prevalencia de obesidad total que los niños, lo que se puede deber a que, en esta etapa, las niñas ya comenzaron la pubertad y su crecimiento acelerado; no así los niños, donde más de 1 de cada 3 presenta algún tipo de obesidad (35%)", señaló el director nacional de Junaeb Jaime Tohá.

La autoridad agregó que “vemos una relación muy directa entre vulnerabilidad y obesidad, lo que significa un complejo círculo vicioso pues puede generar consecuencias a la salud, educación, autoestima e ingresos de esas familias en el mediano y largo plazo”.

Con las clases presenciales ya retomadas en Chile, estos cambios se irán produciendo de manera escalonada, aunque el objetivo es que la medida esté ya totalmente implantada para el inicio del próximo curso escolar.