Luciano Bonamaison, amigo de Fernando Báez Sosa, fue categórico: “Máximo Thomsen le pegó una patada, con odio, brutalidad y con intención de matar”. Fue en el medio de la calle, recordó, tras haber sido expulsados ambos grupos del boliche Le Brique de Villa Gesell.

El amigo de Báez Sosa habló de una “emboscada” hacia ellos, aunque buscaban alguien en particular, “a Fernando, ellos querían atacarlo a él”. “¿Reconoces a otras personas como agresores de Fernando?”, le preguntó el fiscal Juan Manuel Dávila. “No”, dijo Bonamaison, pero sí aclaró que el grupo de rugbiers arengaban “¡vamos! ¡vamos, negro de mierda!”. 

Tras el ataque y la caída de Fernando, “una chica le hizo reanimación cardio vascular” y “llamamos una ambulancia”, contó Bonamaison que dijo que “no podía creer” lo que había pasado y que quedó en “estado de schok”. 

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El defensor Hugo Tomei le intentó señalar una contradicción sobre su declaración en instrucción, a lo que el querellante Fernando Burlando dijo que eso era “una amenaza”. Por lo cual,  la presidenta del Tribunal, Claudia Castro, le pidió que “modere” su interrogatorio. 

Luego fue Juan Manuel Pereyra Rosas, otro amigo de Báez Sosa, quien dijo que en la calle a él le pegaron aunque no sabe quien fue pero sí el que le pegó dentro del boliche Le Brique: Luciano Pertossi.