La fiscal Claudia Ríos, que fue atacada por un preso en la provincia de Mendoza, ratificó que la agresión fue contra ella y que la causa estaba bajo secreto de sumario.

"He mantenido el silencio hasta ahora por dos razones: el señor procurador de la Corte me recomendó preservarme, justamente porque soy víctima de un hecho. Además de eso, la causa estaba bajo secreto. Al levantarse el secreto de las actuaciones es que he podido hablar con ustedes", comentó la fiscal que agregó que declaró el mismo día de ocurrido el hecho.

La fiscal habló en las últimas horas en conferencia de prensa junto al procurador de la Suprema Corte de Justicia de Mendoza, Alejandro Gullé, y la fiscal adjunta Paula Quiroga.

"La audiencia se fijó en la sala 25 (...) Yo advertí una situación junto a la doctora Ximena Morales (defensora): la sala era muy chica y solamente había una celda. Le comenté al juez que me parecía una sala pequeña y que no había condiciones para llevar adelante la audiencia (...). Así, se decidió pasar a la sala 15", relató la fiscal.

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Y agregó: "Se procedió a tomar declaración a la víctima, que -como los acusados- era un interno de Almafuerte (...) Se pidió un cuarto intermedio (...) Yo percibí ya en ese momento una situación un poco hostil. No sé por qué yo tenía un gas pimienta en mi cintura. Jamás lo he usado excepto esta vez. Lo cierto es que observo que hacia mi derecha, donde se encontraban Bracamonte y Arredondo -los acusados- ellos estaban sentados y pedían ir al baño. Me llamó la atención que siendo una audiencia tan corta todos quisieran ir al baño".

Luego la fiscal siguió contando cómo se sucedió el violento episodio: "Cuando Bracamonte se levanta con las manos hacia atrás (...) es que Arredondo viene corriendo hacia mi persona. Esto que estoy diciendo lo percibieron y está en las declaraciones de todos los testigos. Yo le vi algo gris que tenía en la mano. Y vi que su mirada era hacia mí, como yendo hacia mi cuello y contra mi integridad física. Y lo que yo percibí, insisto, lo percibieron el resto de los testigos".

Además, la fiscal recordó que en ella trató de sacar su gas pimienta e intentó alejarse: "Son momentos de violencia extrema. En 33 años de servicio en la Justicia, jamás me ocurrió una situación así. Y todo sucedió en segundos. Cuando esta persona se va afuera de la sala es que yo me voy hacia allá con el gas pimienta en la mano. Lo hice porque adelante de Arredondo había una alumna que estaba haciendo sus pasantías y al salir nos encontramos con Arredondo en el pasillo, agarrando a la joven, tirados boca arriba, él aferrando el cuello de ella. Apunté el gas pimienta (...) y lo activé".

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Fue así como la fiscal Ríos, según contó, empezó a rociarle la cara a Arredondo con el gas pimienta hasta que soltó a la chica: "Ahí vi que se le cayó una chuza. Eso gris que yo había visto antes, que percibí que me quería tirar, resultó ser una chuza. Arrendondo soltó a la chica (...). Y yo le di el gas pimienta a un efectivo para que le siguiera rociando la cara, porque el interno continuaba resistiéndose a la aprehensión".

Ríos sostuvo que "estuvimos en riesgo todos. No la fiscal Ríos, sino todos los que estábamos en la sala.

El hecho ocurrió el miércoles 13 de septiembre en la sala 15 del Polo Judicial de Mendoza cuando comenzó el juicio contra tres presos acusados de intentar a asesinar a otro en el penal de Almafuerte en julio de 2019.

Uno de los imputados, Hugo Eduardo Arredondo, de 37 años, logró eludir a los agentes del Servicio Penitenciario y empuñó un arma blanca y comenzó a correr hacia la fiscal.