La Corte Suprema confirmó las condenas por un triple crimen narco de chilenos en Río Negro en 2015
Los agresores reclamaban por el robo de un cargamento de unos 15 kilos de marihuana. Las víctimas murieron a golpes y degolladas, pero una mujer sobrevivió después de que la abandonaran creyéndola fallecida.
La Corte Suprema dejó firme la condena a prisión perpetua de un acusado de un doble homicidio calificado y el fallido intento de un tercero ocurridos en 2015 en Río Negro, en un supuesto ajuste de cuentas entre narcos locales. Todas las víctimas eran de nacionalidad chilena.
El máximo tribunal desestimó el último planteo de apelación de Jonathan Ernesto Beltrán, uno de los responsables de los homicidios de dos hombres y el intento de degüello de una mujer ocurridos el 22 de marzo de 2015 en la localidad de Chichinales.
Según la condena, Beltrán –junto con al menos tres cómplices- irrumpió en la caza de una de las víctimas, Juan Cabezas Shuffenegger, para reclamarle por una supuesta “mejicaneada” de un cargamento de unos 15 kilos de marihuana supuestamente robados días antes.
Los agresores suponían que la droga había sido robada como consecuencia de una “batida” de Shuffenegger, chileno al igual que su pareja, Dina Escudero, quien resultó gravemente herida en el ataque.
La tercera víctima fue el también chileno Andro Enrique Chaparro, quien estaba en la vivienda junto con la pareja y también era sospechado por los agresores de haber participado en la maniobra para el robo de la marihuana.
Los agresores reclamaban a las víctimas la devolución de la droga o, en su defecto, el pago por esa mercadería robada.
La negativa de los agredidos terminó de la peor manera: los acusados los mataron a golpes con un bate de béisbol y los degollaron, incluso a la mujer, a quien abandonaron creyendo que estaba muerta pero sobrevivió al ataque.
En su último acuerdo, la Corte –con las firmas de sus cuatro integrantes- declaró “inadmisible” el último recurso y dejó firme la condena.
Uno de los cómplices de Beltrán fue condenado también a perpetua y el otro, que fungió como chofer y “campana”, a 28 años de cárcel.