La fuerte disputa verbal protagonizada hace unos días entre un piloto de Aerolíneas Argentinas y el comandante de un avión sanitario por la prioridad para aterrizar en el Aeroparque de Buenos Aires no va a tener ninguna sanción de parte de la empresa de bandera nacional.

Oficialmente, el hecho no se registró para las autoridades, y la empresa Aerolíneas Argentinas, sostuvo que no tiene "registros de los sucesos".

 “Si tuviera que explicarte por qué pasan estas cosas habría que observar el poder que tiene la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas (APLA) dentro de Aerolíneas Argentinas. Básicamente, los pilotos de Aerolíneas se piensan que son inimputables, porque el sindicato de ellos así se los hizo creer, y, entonces, hacen cualquier cosa como pelearse en el aire con otro piloto de un avión sanitario que deben tener prioridad para aterrizar”, señalo una fuente sindical vinculada con la actividad aeronáutica.

De esta manera explicó la terrorífica pérdida de mesura en pleno vuelo de un capitán de Aerolíneas Argentinas que se enredó en una disputa verbal con otro capitán de un avión sanitario y que contó con todos los integrantes de la torre de control de testigos y que, insólitamente, no recibirá ninguna sanción por la falta cometida de parte de la dirección de la línea aérea de bandera.

El cruce entre los dos pilotos ocurrido el pasado 17 de octubre e incluyó frases pocas veces oídas en la torre de control del Aeroparque Metropolitano, “te cago a trompadas, sos un imbécil. Te espero en el check in” entre otras delicadezas que se viralizaron, con audios incluidos, y, a pesar de ello, el management de la aerolínea nacional dirigido por Pablo Ceriani, prefirió mirar al costado.

Para otros referentes sindicales consultados por NA el cruce entre los dos pilotos pone en evidencia “la tensión existente por las malas condiciones laborales”.

“La pelea en el aire se dio en momentos donde hay conflictos de todo tipo y el clima de trabajo no es el mejor”. El testimonio se refiere a los problemas con los sueldos licuados por la inflación, falta de personal, problemas técnicos como, por ejemplo, la ausencia de un radar en el Aeroparque, que generan un estrés mayor a la actividad usual de la aeronavegación.

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“Hay temas que vienen de lejos como la falta de infraestructura en algunas áreas y la pandemia y las cuarentenas que destrozaron la actividad. Pero el problema es que en ese contexto los gremios se hicieron muy fuertes y cometen arbitrariedades. En Aerolíneas se registraron algunos despidos de chicos que no piensan como los sindicalistas y los echaron sin causa. Les pusieron la plata y chau no entras más”, afirmó un delegado de la actividad aeronáutica que cumple funciones en tierra y observa una especie de tiranía creciente de la gente de Pablo Biro, secretario general de APLA, en la actividad.

El 20 de octubre fue el día del controlador aéreo y entre los brindis por la fecha sólo se habló de la pelea entre los pilotos.

Si bien se trata de una actividad de máxima precisión y muy estresante porque están en juego vidas y patrimonios humanos, los controladores, deben sumar a las exigencias de su quehacer dotes de psicólogo para atemperar los ánimos de los capitanes de las aeronaves que quieren aterrizar cuanto antes.

Uno de los sectores de los controladores aéreos en un aeropuerto está ubicado en la torre de control. Desde esa posición en altura tienen una visión general de toda la pista y son los encargados de autorizar el aterrizaje y despegue de cada vuelo, designar la pista y comunicarse con los pilotos que aguardan por instrucciones.

En ocasiones, son testigos de peleas como las registradas el 17 de octubre y deben intervenir para calmar los ánimos.

Ahora bien, una vez que lograron que los capitanes aterricen sin inconvenientes, son llamados a testificar para explicar los incidentes ante las autoridades. 

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Es lo que sucedió, por ejemplo, en Francia cuando, recientemente, dos pilotos de Air France fueron suspendidos tras protagonizar una  pelean en la cabina que obligó al resto de la tripulación a intervenir en pleno vuelo de Ginebra, Suiza, a Paris, Francia.

El diario francés La Tribune accedió a testimonios y audios de como el piloto y el copiloto tuvieron una pelea poco después del despegue y se agarraron del cuello después de que uno golpeara al otro.

La tripulación de cabina intervino y un miembro de la tripulación tuvo que pasar el resto del vuelo dentro de la cabina con los pilotos, para evitar más incidentes. Toda la novela de acción fue seguida por los controladores aéreos.

Pero, lo ocurrido sobre el cielo de Buenos Aires, dejó estupefactos a los controladores que escuchaban la pelea entre los pilotos del vuelo sanitario y comercial de Aerolíneas Argentinas sin poder comprender como podía suceder semejante falta de profesionalismo, descuido y destrato para las vidas de los pasajeros y el resto de la tripulación.

Al parecer, el avión sanitario proveniente de Bahía Blanca tenía prioridad, porque llevaba un paciente, y pidió ir más lento por eso. Eso molestó al piloto comercial, que pidió pasarlo. Cuando se negó, la torre –había un tercer vuelo de Aerolíneas Argentinas que venía de Bariloche esperando–comenzaron los cruces.

Poco se sabe acerca de si hubo más agresiones en tierra firme como prometían los audios que trascendieron pero, lo que sí está claro, es que se trató de un caso de violencia verbal más típico de los automovilistas en las calles de Buenos Aires que de dos capitanes de aeronaves.