Hay otra inseguridad que no es una sensación y se produce en el corazón productivo de la actividad agropecuaria de la Argentina y afecta a la población rural.

Los robos en las chacras, a los productores y trabajadores de las explotaciones agrícolas se suceden sin interrupciones desde el año 2001 y en algunas zonas de Córdoba, Buenos Aires y Santa Fe, no sólo se producen ataques a silobolsas donde se almacenan granos y se hurta ganado o animales domésticos, delito conocido popularmente como cuatrerismo y en materia penal como abigeato, sino que también se roban tractores, piezas de material rodante, herbicidas, cables de cobre, viviendas de las estancias y la inseguridad va en aumento.

Los productores no tienen la tranquilidad de producir en paz. Desde el año 2020, la rotura de silobolsas para robar granos de soja ha sido el delito que más creció. En 2023, las sociedades rurales de Santa Fe, llevan contabilizadas más de 300 denuncias.

En María Teresa, en las cercanías de Venado Tuerto, Santa Fe, el productor Alejandro Salemme, viene denunciando el accionar de bandas organizadas desde hace más de un año.

En septiembre pasado, su establecimiento agrícola fue víctima de los delincuentes. Varios individuos ingresaron a su campo con un camión con acoplado, rompieron los silobolsas, lo cargaron con 25 toneladas de la oleaginosa y se fueron como si nada por un camino rural que se une con la ruta provincial Nª 14.

En Córdoba, en el departamento de Marcos Juárez, el intendente de Los Surgentes,  Gabriel Pellizon (Juntos por el Cambio), impulsa la creación de una asociación civil integrada por productores de la zona hartos de los hechos delictivos que sufren sus familias y los trabajadores que las acompañan en las tareas diarias.

Consultado por Noticias Argentinas, el ingeniero agrónomo Pellizzón, aseguró que la patrulla rural llegará hasta esta localidad lindante con la provincia de Santa Fe, pero, mientras tanto, avaló la decisión de los productores de conformar una asociación civil que realizará patrullajes y trabajará junto a los encargados de la seguridad rural para avisar por movimientos sospechosos.

El intendente explicó: "Debido a la cantidad de hechos delictivos que se dieron en los últimos tiempos en la zona y que fueron creciendo desde hace unos años, robos que tienen que ver con entrar a casas que por ahí no están habitadas y desvalijarlas en el campo, robos de transformadores para desarmarlos y vender el cobre o cables, obtuvimos el compromiso del secretario de Seguridad de la Provincia de Córdoba, Ángel Bevilacqua, para que retorne la Policía Rural, en la zona”.

Al mismo tiempo se formó una cooperativa de productores que juntarán fondos para el destacamento de seguridad y colaborará con la vigilancia de los caminos rurales.

"Han hecho tres recorridos por toda la zona. Un área que comprende la zona rural de Cruz Alta, Los Surgentes, General Roca y parte de Camilo Aldao. Es una zona muy amplia, muy grande, pero bueno, esto es un inicio. Ya tenemos la promesa de un vehículo para la Patrulla Rural y que el destacamento se instalará en el ex peaje de la Ruta 6 entre Los Surgentes y Cruz Alta. Ahí ya está el destacamento de la caminera. Pero, bueno, en este caso compartirían el lugar físico, lo que daría más volumen de policías y de controles”.

La policía caminera controla las rutas y la rural, junto a los productores auto convocados, los caminos entre los terrenos.

Precisamente, fueron los dueños de los establecimientos productivos los que más hicieron por reunirse para combatir a estas bandas de delincuentes que suelen vender lo robado en la ciudad de Rosario.

Luciano Pacelli es productor de la zona de Marcos Juárez y sufrió el robo en sus silobolsas: “Nosotros teníamos cereal en el campo, le hacíamos monitoreo una vez por día o cada dos días y, 3 meses atrás, nos encontramos con la situación de bolsones rotos, desparramados en el terreno y contabilizamos que nos robaron cereal, cerca de 1.000 kilos”.

Para hacerlo debieron internarse en la propiedad rural y tuvieron que tener un plan.

El productor explicó: “Por lo que estuvimos viendo, la modalidad de robo es que van en moto, hacen bolsa y después van a alguna camioneta y las cargan. Después, en otro de los campos que trabajábamos, el dueño usa la chacra de fin de semana y bueno, ahí le llevaron el transformador de la luz. Acá en la zona se robaron unos 90 transformadores de la luz. El modus operandi lo realizan siguiendo la corriente, digamos, los palos de la luz y descalzan el transformador de arriba, lo tiran al piso y se lo llevan. Y, bueno, después se llevan lo que pueden, si en la chacra hay algo de bronce o de cable, les cortan los cables a los tractores, las baterías, todo lo que haya”.

Por esos motivos se sumó a la cooperativa rural sudeste de Córdoba para que la policía rural se asiente en la zona y “...tenga un poquito más de presencia en la zona”.

Omar Dusevich, productor de Cruz Alta, explica que los robos traen inseguridad a la gente que habita en la zona que termina por desconfiar de todo.

En diálogo con NA aseguró, “...yo no dudé en acercarme a la cooperadora porque conozco casos de vecinos que han sufrido hechos delictivos de algún tipo, desde el robo de herramientas valiosas, una motosierra o una caja llena de herramientas, hasta tractores, y minitractores de cortar césped, lo que sea, es más, han robado chacras, a pesar de tener alarmas, cámaras de vigilancia donde quedó todo registrado”.

Para el productor de Roca, Juan Peyretti, uno de los productos que se roban para ser revendidos después, son los herbicidas. Un insumo clave y oneroso para los productores.

“Lamentablemente, los delincuentes están visitando a todos los vecinos en nuestra zona. Realizan inteligencia previa, aunque en mi caso no fueron tan preparados, porque pensaron que la cerradura del sector donde se guardan los herbicidas iba a ser más vulnerable. En esta ocasión aprovecharon, fueron con una camioneta cabina simple, se cubrieron los rostros, sabiendo la ubicación de las cámaras, que en algunas no pudieron evitar que se tomaran, pero no hay forma de saber quiénes son, salvo si son altos o con obesidad, o sea, no hay otra forma de identificarlos, sería imposible saber quiénes son las personas. Aprovecharon y se llevaron un carro también de dos ejes para cargar, para tener mayor capacidad de carga y de robo, el tercero en poco tiempo. Y, si bien, mi personal no sufrió daño, la vulnerabilidad de la situación violenta, nos lleva a preguntarnos como debiéramos defendernos”.

Solo algunos testimonios de habitantes de una localidad cordobesa que suelen ser similares a los hechos delictivos que sufren y narran en otras zonas rurales de Argentina.