Hace un año comenzaba en el Tribunal Oral en lo Criminal 1 de la ciudad de Dolores el juicio contra los ocho rugbiers por el crimen de Fernando Báez Sosa el pasado 18 de enero a la salida del boliche Le Brique en Villa Gesell.

En la primera audiencia cada parte leyó las defensas y luego de dos pedidos de nulidad solicitados por Hugo Tomei, abogado de los acusados, los papás de la víctima declararon.

“Cuando entre en la morgue el cuerpo de Fer estaba todo destrozado, su cabeza destrozada, quise abrazarlo. No puedo creerlo hasta hoy y yo lo sigo esperando”, expresó con dolor frente al tribunal Graciela.

Graciela y Silvio junto con su abogado, Fernando Burlando. Foto NA: JOSÉ SCALZO
Graciela y Silvio junto con su abogado, Fernando Burlando. Foto NA: JOSÉ SCALZO

En el turno de Silvio, sostuvo: “Señores jueces acá están escuchando el relato de un padre que perdió las ganas de vivir y de luchar y perdió lo mejor de todo que es el abrazo de su hijo”.

Para la segunda audiencia comenzó el desfile de los más de 130 testigos, entre los que estaban los amigos, el suegro, jóvenes que vieron el ataque, médicos, peritos y personas que auxiliaron a Fernando.

Según la imputación, por la cual llegan a juicio, Máximo Thomsen, Ciro Pertossi, Enzo Comelli, Matías Benicelli y Blas Cinalli “abordan por detrás a Fernando Báez, aprovechándose de que el mismo estaba de espaldas e indefenso, y de ésta manera actuando sobre seguro, en virtud de la superioridad numérica y física, lo rodean, se abalanzan sobre él y comienzan a propinarle golpes de puño en su rostro y cuerpo” hasta que cae inconsciente y pierde la vida".

“Le propinaron allí en el suelo, varias patadas en su rostro y cabeza, causándole lesiones corporales internas y externas, las cuales provocaron su deceso en forma casi inmediata, al causarle un paro cardíaco producido por shock neurogénico debido a un traumatismo grave de cráneo”, agrega la imputación hecha por la fiscal Verónica Zamboni.

Los otros tres, Ayrton Viollaz, Lucas y Luciano Pertossi “previo acuerdo y distribución de tareas con los otros sujetos activos, también participaron premeditadamente de la agresión con el fin de dar muerte a la víctima, posibilitando fundamentalmente la comisión del hecho, ya que rodearon tanto a Fernando Báez Sosa como a los amigos que estaban junto a él, impidiendo de ésa forma que éste pudiese defenderse por sí solo e incluso recibir defensa por parte de sus amigos y/o terceros”.

Durante las 13 audiencias los rugbiers comenzaron a fisurar el “pacto de silencio” y el primero que lo hizo fue Luciano Pertossi. Luego lo hizo Máximo Thomsen, el acusado más complicado y antes de la etapa final pidió la palabra Ciro Pertossi.

En todas las oportunidades negaron un plan criminal y aseguraron que nunca quisieron asesinar al joven de 19 años que había ido con sus amigos y su novia de vacaciones. 

El 18 de enero se llevó a cabo la última audiencia en el TOC 1 de Dolores, mismo día en el que se cumplió un nuevo aniversario del brutal crimen que sacudió al país.

A tres años del crimen de Fernando Báez Sosa, se realizó un acto para pedir Justicia en Dolores, lugar en el que son juzgados los jóvenes rugbiers acusados de asesinarlo. Sus padres, Silvino y Graciela, presidieron el acto que se realizaba en el anfiteatro de la localidad. Foto NA: JOSÉ SCALZO
A tres años del crimen de Fernando Báez Sosa, se realizó un acto para pedir Justicia en Dolores, lugar en el que son juzgados los jóvenes rugbiers acusados de asesinarlo. Sus padres, Silvino y Graciela, presidieron el acto que se realizaba en el anfiteatro de la localidad. Foto NA: JOSÉ SCALZO

Luego de una jornada más que emotiva, se realizó en el anfiteatro de la plaza central de la ciudad un acto homenaje y colecta solidaria a tres años del asesinato.

Fue el miércoles 25 cuando la fiscalía y la querella tomaron la palabra en los alegatos, mientras que el jueves 26 fue el turno de la defensa.

Fernando Burlando, abogado querellante en representación de la familia de Fernando Báez Sosa, adelantó que pedirá la pena de prisión perpetua para los rugbiers por homicidio por premeditación y alevosía, y que la víctima fue “un despojo” cuando ya lo dejaron golpeado.

El abogado se refirió a que Máximo Thomsen era el “líder” del grupo y fue con quién Fernando tuvo un incidente dentro del boliche. Báez Sosa “fue fusilado a golpes mortales”, acotó.

Acerca de los fiscales Juan Manuel Dávila y Gustavo García, concluyeron con sus alegatos y solicitaron prisión perpetua para los ocho rugbiers acusados por el crimen. 

"Se los acusa a todos por igual por el delito de homicidio doblemente agravado por alevosía y por el concurso premeditado de dos o más personas en concurso ideal con lesiones”, indicó Dávila.

En sus pedidos de condena ambos fiscales dieron a conocer los motivos por los cuales los ocho acusados son coautores del asesinato. Allí manifestaron que "todos hicieron todo para atacar y matar a Fernando".

Al día siguiente fue el turno de la defensa de los rugbiers. Allí Tomei solicitó que todos sean absueltos o que unos pocos reciban la pena mínima por “homicidio en riña”.

-El defensor Hugo Tomei presentó a su alegato en el juicio por el asesinato de Fernando Baez Sosa. Foto NA: JOSE SCALZO
-El defensor Hugo Tomei presentó a su alegato en el juicio por el asesinato de Fernando Baez Sosa. Foto NA: JOSE SCALZO

Con los alegatos ya resueltos solo quedaba esperar hasta el lunes 6 de febrero donde el Tribunal daría a conocer el veredicto final.

En una jornada donde todo era icnertidumbre, el TOC 1 dio a conocer la sentencia contra los ocho acusados.

Los rugbiers Máximo Thomsen, Enzo Comelli, Matías Benicelli y Ciro y Luciano Pertossi fueron condenados a la pena de prisión perpetua por ser coautores del delito de homicidio doblemente agravado de Fernando Báez Sosa.

En tanto, Ayrton Viollaz, Blas Cinalli y Lucas Pertossi recibieron una condena de 15 años de prisión por ser partícipes secundarios del asesinato. 

Así lo decidió el Tribunal Oral en lo Criminal N° 1 de la ciudad de Dolores, integrado por María Claudia Castro, Emiliano Lázzari y Christian Rabaia que, a su vez, rechazó por unanimidad el plantel de nulidad hecho por el abogado de los acusados, Hugo Tomei.

La lectura del veredicto se tuvo que suspender debido a que, tras conocer la condena, Thomsen se descompensó y se desvaneció, por lo cual la presidenta del tribunal pidió desalojar la sala, mientras que ingresaron médicos para atenderlo. Momentos después, se reanudó la audiencia.

El joven recibió patadas que le produjeron un “shock neurogénico” y los doctores determinaron que el ataque con golpes de puño y patadas le provocaron lesiones en todo el cuerpo, puntualmente en la cabeza, el abdomen y la mandíbula.
El joven recibió patadas que le produjeron un “shock neurogénico” y los doctores determinaron que el ataque con golpes de puño y patadas le provocaron lesiones en todo el cuerpo, puntualmente en la cabeza, el abdomen y la mandíbula.

Antes de saber la pena, Tomei pidió la palabra para solicitar si podían pararse para escuchar la sentencia, lo que fue avalado por los jueces. Mientras escuchaban parados que habían sido encontrados culpables del asesinato de Báez Sosa, Thomsen comenzó a tambalearse y se sentó abruptamente, mientras lloraba y era sostenido por los agentes del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB).

Ante esta situación, la madre del Thomsen gritó, "Esto es una mentira", cuando escuchó del tribunal que su hijo y otros cuatro rugbiers eran condenados a prisión perpetua por el crimen de Báez Sosa. "Esto es una mentira, echen a los periodistas, no me importa más nada", expresó Rosalía Zárate, al tiempo que era abrazada por otro de sus hijos.

En tanto, el resto de los jóvenes oriundos de Zarate tomaron asiento, con sus rostros desencajados. Lucas Pertossi, visiblemente conmocionado, contenía las lágrimas; Ayrton Viollaz se agarraba la cara; Blas Cinalli miraba al suelo; mientras en primera fila, Matías Benicelli permanecía impávido, como a lo largo de todo el proceso judicial, al igual que Enzo Comelli, ubicado al lado de Thomsen.

Conformes, pero no del todo, tanto la fiscalía como Burlando pidieron ante Casación la apelación de la resolución al sostener que todos deberían recibir la pena máxima, caso omiso a la de Tomei que solicitó la absolución de los tres jóvenes con menor sentencia y que los cinco restantes sean condenados a homicidio en riña.

Hasta el momento la Cámara de Casación no se pronunció sobre el veredicto final, mientras los rugbiers cumplen sentencia en el Penal de Melchor Romero.

A un año del comienzo del juicio los familiares y amigos de Fernando esperan que la causa llegue a su fin con una sentencia ejemplar, algo a lo que temen que no pase.