Entre Ríos: indignación por una fiesta y baile para 500 adultos mayores
La fiesta convocó a adultos mayores; ninguno usaba barbijo ni respetaba el distanciamiento social.
Este domingo se realizó un evento masivo en la localidad de Crespo, en la provincia de Entre Ríos.
Esto desató una indignación generalizada luego de la denuncia pública de una enfermera, que tuvo que hacerse presente en el lugar para atender a una persona con problemas respiratorios.
De todas formas, la fiesta del “Club de los Abuelos” no se trataría de una fiesta clandestina, porque habría obtenido la autorización del municipio de Crespo para funcionar. Aunque no está claro bajo qué protocolos, la Intendencia de la localidad entrerriana, encabezada por Darío Schneider, de Juntos por el Cambio, habría habilitado que "El Castillo" llevara a cabo al evento.
La fiesta convocó a un total de 500 personas, la mayoría adultos mayores; ninguno usaba barbijo ni respetaba el distanciamiento social.
Se dio en medio de la segunda ola de coronavirus y en un marco en el que el Gobierno está analizando restricciones para evitar la distribución de las variantes de Reino Unido, Manaos, Río de Janeiro y California, que ya se encuentran circulando de forma comunitaria en el país.
Mientras todo se desarrollaba con total normalidad, en una escena propia de los tiempos de prepandemia, y sin advertir los riesgos que esto puede generar no solamente para los asistentes sino para terceros, uno de los concurrentes empezó a tener problemas respiratorios y los organizadores debieron llamar a una ambulancia.
Lorena Ferrari fue la enfermera que se hizo presente en el lugar ante la alerta. Cuando arribó, se horrorizó por lo que estaba aconteciendo y, unas horas más tarde, realizó un extenso descargo en su cuenta de Facebook junto a una galería de fotos, en la que quedó expuesto el descontrol y la falta de cuidados sanitarios.
Este martes, la trabajadora de la salud contó más detalles de lo ocurrido. “Ese día yo estaba de guardia. Pidieron una ambulancia y fuimos para allá. Cuando llegamos, nos encontramos con una gran fiesta. Estaban todos bailando y nadie tenía barbijo. Atendí a la persona, la trasladamos a un hospital y, unas horas más tarde, la vinieron a buscar. Estaba indignada y llamé a la policía, donde me dijeron que estaba autorizada por la municipalidad”, relató, en diálogo con Telefé.