Federico Barea, el hijo de la titular de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), Cristina Caamaño, estuvo detenido por el hallazgo en su casa, durante un allanamiento en el marco de otra investigación, de plantas de marihuana.

Barea estuvo demorado algunas horas en la comisaría de la Comuna 11 tras un allanamiento por la sustracción de objetos históricos pertenecientes al ex presidente Bernardino Rivadavia.

El hijo de Caamaño fue detenido en relación con esas plantas y no por el hurto de objetos del prócer. De hecho, el expediente sobre los objetos que pertenecieron a Rivadavia es de 2019 y el hijo de Caamaño fue aprehendido y estuvo a disposición de la jueza María Eugenia Capuchetti, quien ordenó su inmediata libertad.

Un fallo de la Corte Suprema de 2009, conocido como “Arriola”, estableció como criterio que la tenencia de drogas (o plantas, como en este caso) para consumo personal no es delito.

Fuentes judiciales explicaron que Barea se dedica a la compra y venta de libros de colección, bibliotecas e incunables. Tenía en su domicilio material de ese tipo, que fue secuestrado y ahora es evaluado por expertos para determinar si tienen o no relación con la causa original.

Los elementos que fueron secuestrados en su casa le habían sido entregados en una suerte de consignación por parte de un heredero en un complejo juicio sucesorio indirectamente relacionado con el acervo histórico de Rivadavia.

En esa disputa controversial por la herencia fue ordenado el allanamiento en el que se secuestraron los objetos que están ahora bajo peritaje.

Barea, de 38 años de edad, no fue detenido en relación con la Causa Rivadavia pero, en los hechos, aparece bajo investigación a raíz de su actividad comercial y su eventual relación con el hurto del material histórico.