El camionero Romero ¿volvió un mes después al lugar donde habría arrojado el cuerpo de María Cash?
El impacto de las antenas lo ponen al camionero en un lugar determinado, donde estuvo más de una hora y que coincide con el trayecto que hizo luego de llevar a la joven desaparecida.
La Justicia salteña trata de determinar si el camionero Héctor Romero, detenido por estar acusado del crimen de María Cash, cuya desaparición se produjo el 8 de julio de 2011, volvió un mes después al lugar donde habría arrojado el cuerpo de la joven.
Fuentes judiciales revelaron que "el día que se cumplía un mes de la desaparición de María Cash, la línea (teléfono celular) de Romero se detuvo, de acuerdo al impacto de antenas, durante aproximadamente 1 hora y 20 minutos, en la zona de la ruta 16 ubicada en la localidad de El Tunal".
Así lo informó el portal de La Nación, que agregó que enseguida se produjo un detalle estremecedor: "En esta ocasión, se observa por segunda vez (la primera fue el día de la desaparición), una ruptura en el patrón de conducta de Romero: durante su viaje de ida a Joaquín V. González (JVG), Romero se detuvo en alguna zona de El Tunal, ya que su antena impacta desde las 17:14 en esta localidad, para impactar en JVG recién a las 19:10".
"Es decir, para recorrer una distancia de aproximadamente 35 km, que separan El Tunal y JVG, Romero demoró casi dos horas (desde las 17:14 hasta las 19:10), cuando el tiempo que demora un camión cargado como el que él conducía habitualmente demoraría entre 30 y 40 minutos; por lo que nuevamente se abre una ventana temporal sin explicación alguna, exactamente un mes después de la desaparición de María", indicó la investigación por el crimen de Cash.
En la causa se remarcó que "Romero entra en escena en la investigación, a partir de la declaración de un testigo, René Torres, quien el 14/07/2011, declaró ante el Grupo Investigativo número 7, haber visto a una mujer haciendo dedo al costado de la ruta, `que vestía pantalón crema sucio, pullover color rosado, cabello con colita,... al parecer estaba asustada, ... que se llamaba María, ... que se dirigía al sur`, y fue él quien precisó que observó el momento en que `un camión Mercedes Benz blanco con acoplado con la leyenda en la parte posterior CATITA, la levantó`` con rumbo por la Ruta Nacional 34 hacia el sur".
El fiscal general de Salta, Eduardo Villalba, remarcó que el camionero "fue identificado y posteriormente, citado a prestar declaración como testigo en el marco del caso, gracias a las precisiones aportadas por otro testigo (Torres), en conjunto con las tareas investigativas desplegadas para dar con su paradero" y precisó que no se produjo "porque él haya decidido colaborar con la investigación, a pesar de que el caso tomó rápidamente repercusión en los medios de comunicación".
Villalba agregó que en todo el país "se mostró la imagen de María con el fin de que quienes la vieran informen a las autoridades y Romero no avisó nada".
En otro orden, la Justicia intervino los teléfonos del camionero de 71 años.
El viernes peritaron su teléfono celular y tras haberse filtrado las conversaciones, la defensa pidió la prisión domiciliaria por su edad y por su estado de salud.
La apertura del teléfono de Romero está en manos de Gendarmería Nacional, que este viernes a las 11:30 accedió al aparato y deberá analizarlo.
Las ubicaciones de las antenas el día de la desaparición de María Cash y los horarios incongruentes con las declaraciones del camionero son algunos de los puntos que cuestionó el fiscal Villalba para sostener la acusación.
Las declaraciones del entorno de Romero que se contradicen con la ubicación de las antenas y el testimonio del camionero fueron fundamentales en esta etapa de la investigación.
Además, Romero trabajaba manejando un camión de la empresa Miguelito y su tarea era trasladar mercadería entre las sucursales de Güemes y Joaquín V. González.
Según fuentes locales, el fiscal Villalba en las pruebas que le exhibió a Romero en la indagatoria mencionó: "Se determina con el análisis telefónico que Romero se contradice en relación a la hora de llegada y retorno de J. V. González el 8 de julio de 2011, ya que como se observa en análisis él arribó a esa localidad a 18.42 y emprendió regreso a las 21.07, demorando 02.47 horas de viaje desde Güemes a González y un tiempo de demora de regreso de 03.23 desde González a Güemes, abriéndose dos ventanas de tiempo que rompe su patrón de conducta".
En las conversaciones se visualizaba:
Gustavo Lemos: Pero que raro que salte lo mío ahí...
Héctor Romero: Porque vos me decís que te habían preguntado a vos de qué había ido el camión, cómo era ese día, algo así creo que me has dicho, no me acuerdo yo tampoco de eso.
GL: Y si, el camión ha llegado, ¿qué no?
HR: Claro. Y si ha llegado más o menos en el horario, en el horario normal que siempre llego. Y nada más, por eso vos acordarte más o menos qué ha dicho, qué le ha dicho al policía y eso, no tenés que inventar nada.
GL: No, no, no.
HR: Responder lo que ellos te pregunten. No, no inventes nada, vos, porque te vas a perjudicar después solo.
GL: Claro, no, más vale. Así que bueno, voy a tener que ir che.
HR: Pero por eso te digo, seguro que te lo preguntas a mí si yo te he dicho algo... y eso, pero no... yo no me acuerdo que te haya dicho nada raro, ¿ha visto?
Por último, esa indicación sobre lo que debe declarar ante la Justicia para no complicarlo despertó las sospechas de los investigadores.