Después de dos años de pandemia y restricciones, el santuario de San Expedito, ubicado en la parroquia Nuestra Señora de Balvanera, en la zona porteña de Once, volvió a recibir a miles fieles en su día.

Una gran cantidad de peregrinos ingresaban al santuario desde la medianoche para pedir y agradecer al patrono de las causas justas y urgentes.

La celebración se realiza bajo el lema "San Expedito ayúdanos a trabajar por la paz" y comenzó con los sacerdotes recibiendo a los primeros devotos y la misa de apertura presidida por el obispo auxiliar de Buenos Aires, monseñor José María Baliña.

Desde las 6 se celebran misas a cada hora y, a las 13 se realizó la misa central presidida por el arzobispo de Buenos Aires, cardenal Mario Aurelio Poli, quien en su homilía, contextualizó el festejo en la Octava de Pascua que la Iglesia Católica celebra por estos días.

“Todos estos días, estamos celebrando las apariciones de Jesús Resucitado, que se apareció muchas veces, durante 40 días antes de irse a la Casa del Padre”, señaló Poli. Y agregó: "Hoy queremos llevarnos, en este día de San Expedito, la paz a nuestras casas. Y una consigna: pedirle a San Expedito, ‘ayúdanos a conseguir la paz que buscamos’".

"Los argentinos no estamos en paz, no está el mundo en paz. ¿Pero de dónde nace la paz? La paz comienza por el corazón de cada uno. Si uno toma la lección del Evangelio, y se lleva esta bienaventuranza en su memoria y en su corazón, si somos capaces de obrar en consecuencia, entonces vamos a imitar a San Expedito y a todos los santos que se ofrecieron por Jesús", alentó.

A las 17 está previsto que se realice una procesión por las calles de Once y a las 18 se celebrará la misa final "Hora Santa".

San Expedito es el patrono de las causas urgentes y también se lo considera patrono de los jóvenes, socorro de los estudiantes, mediador en procesos y juicios, y protector de la familia y de los enfermos.

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Según una leyenda popular, provenía de una familia patricia, siguió la carrera militar y llegó a ser comandante de las legiones romanas y si bien gozaba de los privilegios de las clases superiores, en su corazón se encendía la llama de la fe cristiana a medida que iba conociendo la prédica y el testimonio de los cristianos.

Luego de una batalla decidió convertirse, pero cuenta la leyenda, que ante su inminente decisión, se le apareció un cuervo que trató de persuadirlo al grito de "Cras", que significa "mañana" en latín.

Al instante, Expedito reaccionó respondiendo: "Hodie", cuyo significado es "hoy" y agregó: "No lo dejaré para mañana, hoy seré cristiano" y pisoteó al cuervo, dejando inquebrantable su opción de fe.

La legendaria narración dice que en el año 303, junto con otros soldados conversos, murió mártir en la persecución del emperador Diocleciano.