La insistencia de los vecinos de la construcción que se derrumbó y se llevó la vida de dos porteños hizo que la Defensoría del Pueblo de la Ciudad advirtiera en cuatro ocasiones al Gobierno de la Ciudad por las irregularidades en la obra de la avenida Pedro Goyena al 500. 

El derrumbe de la medianera y de parte de una propiedad lindera a la obra en construcción terminó de la peor manera para dos hermanos de 75 y 80 años y dejo 11 heridos, entre ellos dos menores de edad, a pesar de las señales de irregularidades en la obra que no faltaron. 

El abogado Isaac Alejandro Romano, dueño junto a su esposa de una inmobiliaria con un local en la planta baja del PH que se desplomó en la tarde del jueves, declaró a la prensa haber presentado una medida cautelar que fue rechazada con el argumento “...que no estaba acreditado el peligro de derrumbe, y para detener una obra, hay que tener recaudos”. 

Los recaudos no se los tomó para los vecinos de la construcción. 

La Defensoría del Pueblo emitió un comunicado donde afirma que “Desde principios del año 2023, (...) había advertido al GCBA sobre irregularidades en la obra en construcción, por requerimiento de los vecinos del edificio colapsado, solicitando en cuatro instancias distintas que se corroboraran las medidas de protección hacia terceros, la integridad estructural de ambas construcciones y actuar en consecuencia”. 

La Agencia Gubernamental de Control (AGC) fue creada por Mauricio Macri en 2007, luego de ganar su primer mandato como Jefe de Gobierno porteño, y, la idea del ingeniero era la de crear un organismo que evitara la repetición de un hecho tan terrible como Cromañon que sucedió durante la gestión de Aníbal Ibarra. 

La oficina siempre fue objeto de controversias y críticas desde que asumió su primer director, Federico Young, un ex juez. 

En el caso de Caballito, la Agencia Gubernamental de Control había inspeccionado por última vez la obra el 5 de diciembre pasado. Para los integrantes de la Defensoría del Pueblo que conduce María Rosa Muiños, “Resulta preocupante que, en la última inspección llevada a cabo en diciembre del año pasado, la empresa constructora fuera advertida de que debía ajustar la memoria de excavación acorde a la forma en que se estaban ejecutando los trabajos, ya que difería de lo presentado”. 

Además, explicaron que “desafortunadamente, las medidas de control adoptadas por el GCBA han sido insuficientes para impedir que este tipo de tragedias se repitan, en un contexto de crecimiento desmedido del negocio inmobiliario en la Ciudad de Buenos Aires, donde la supervisión de la seguridad de las obras no pareciera llevar el mismo ritmo que el de la industria de la construcción”. 

Según reportes del Consejo Profesional de Arquitectura y Urbanismo (CPAUP) en 2023 los pedidos de permisos de obra, cuantificados en metros cuadrados, crecieron un 25% comparado al 2022.  

En la Ciudad las solicitudes de permisos se libraron, en gran cantidad, por barrios como Palermo, Núñez, Caballito, Liniers, Villa Luro y Villa Crespo. Durante 2023, se presentaron 3556 encomiendas de obra, lo que representa 2,8 millones de m2 y son la base de las nuevas obras que próximamente se tramitarán en la Ciudad de Buenos Aires. 

La Asamblea de vecinos de Caballito, de mirada muy crítica hacia las gestiones de Juntos por el Cambio en la ciudad, enumeró los derrumbes de medianeras y otros incidentes que vienen ocurriendo desde hace tiempo. 

“La tragedia ocurrida en el día de hoy en nuestro barrio no es un caso aislado: en octubre de 2011, en la Avenida Directorio 428, se derrumbó el techo de una obra en construcción. Un obrero falleció aplastado. En mayo de 2012, en una obra de Emilio Mitre al 600, también en el barrio, un obrero falleció aplastado al caerle encima parte de una pared medianera. En marzo de 2015, en Goyena 1600, una explosión por pérdida de gas generó un derrumbe. En agosto de 2016, en Alberdi al 700, por el derrumbe de la medianera de un PH fueron evacuadas más de 20 personas”, enumeraron en un posteo de IG que recibió muchos comentarios. 

Frente al número creciente de obras en construcción, la fiscalización corre por cuenta en la ciudad de la Dirección General de Fiscalización y Control de Obras de la AGC que se encarga de supervisar y controlar las obras para resguardar la seguridad de los vecinos de la Ciudad de Buenos Aires. 

Ante la preocupación que se ha desatado entre los vecinos de obras en construcción en CABA y frente a posibles vicios en la construcción, la dirección de la AGC, recibe denuncias y pedidos de fiscalización llamando al número 147. 

Al realizar la denuncia hay que especificar, el domicilio exacto del lugar donde se presenta la irregularidad, si posee o no el cartel de obra habilitada, y, si la obra tiene cartel, anotar el número de registro de los planos y el nombre del profesional responsable de la obra civil que allí figuran. 

Y, siempre hay que recordar, que según la legislación nacional, “Nadie puede construir cerca de una pared medianera o divisoria, pozos, cloacas, letrinas, acueductos que causen humedad o establos y depósitos.  

Además, el que quiera hacer una chimenea, o un fogón u hogar, contra una pared medianera, debe hacer construir un contramuro de ladrillo o piedra de dieciséis centímetros de espesor Y, el que quiera hacer un horno o fragua contra una pared medianera, debe dejar un vacío o intervalo, entre la pared y el horno o fragua de dieciséis centímetros. 

Finalmente, el que quiera hacer pozos, con cualquier objeto que sea, contra una pared medianera o no medianera, debe hacer un contramuro de treinta centímetros de espesor. 

Hoy, más que nunca, deberán ser los propios vecinos de las obras lindantes con los edificios en construcción los que deberán ponerse al hombro la supervisión constante de la marcha de los trabajos.