Cuatro policías fueron detenidos tras ser acusados de haber apresado ilegalmente a dos adolescentes, de 14 y 16 años, golpearlos, torturarlos y “liberarlos” en un descampado de la ciudad balnearia de Mar del Plata.

Según informó La Capital de Mar del Plata, el hecho es investigado por el fiscal Juan Pablo Lódola, quien imputó a Ariel Marcelo Estévez Pitrau, Sandra Vanesa Cano, Jonathan Elías Cabrera y Micaela Agustina Estigarribia, todos de la comisaría sexta, por los delitos de “privación ilegal de la libertad, agravado y torturas, concurriendo ambos materialmente entre sí”.

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En la mañana del martes y con una orden emitida por la Justicia de Garantías, se allanaron las viviendas de los cuatro y, además de detener a los imputados, se secuestraron sus armas reglamentarias, teléfonos y una escopeta no provista por la Bonaerense, mientras que., tras informar acerca del operativo, desde la Auditoría General de Asuntos Internos se dispuso la desafectación inmediata de todos de la fuerza.

Además, se indicó que Estévez y Cabrera quedaron detenidos en la Unidad Penal 44 de Batán, mientras que Cano y Estigarribia en el Destacamento Femenino, a la espera de ser citados para declarar ante el fiscal Lódola.

Detención ilegal y torturas: los testimonios de los adolescentes

El hecho fue denunciado por la mamá de uno de los adolescentes, quien el sábado 17 de septiembre llamó al 911 para decir que su hijo había sido golpeado por personal de la Policía bonaerense e inicialmente la causa recayó en la fiscalía de Alejandro Pellegrinelli, quien ordenó que las víctimas fueran al cuerpo médico, donde se confirmaron las heridas. Luego, al entender que los implicados eran policías, fue derivada al fiscal Lódola.

El adolescente de 14 años aportó también las características de los policías y aseguró que reconocía a tres de ellos. Además, dijo que era la tercera vez que era detenido y que en dos ocasiones lo habían llevado a la comisaría sexta, afirmación que fue corroborada con las actuaciones policiales, pero de las que no hay registro oficial de lo ocurrido el 17 de septiembre cuando, en vez de llevarlo a la comisaría sexta, lo trasladaron junto a un amigo a un descampado en Strobel al 10.500.

La otra víctima, el joven de 16 años, dio una versión similar, por lo cual para la fiscalía esto resalta la verosimilitud en los testimonios, no solo en la medida que resultan relatos coincidentes entre sí en los tramos generales de tiempo, modo y lugar, sino también en cuestiones de detalles, como expresiones que habrían realizado los imputados y las circunstancias.

“Ahora van a ver cómo los matamos“, “Los que mandamos somos nosotros“, “Me parece que te vamos a matar acá”. “Tienen tres segundos: tres, dos, uno…, son algunas de las frases que las víctimas aseguraron que los policías les decían.