Con la llegada del verano, los días más largos y el aumento de las actividades al aire libre, la protección del cuerpo frente a los rayos solares se convierte en una prioridad. Muchas personas subestiman los riesgos de la exposición prolongada al sol sin las medidas adecuadas, lo que puede derivar en daños inmediatos y a largo plazo.

Por eso, estar informado y cumplir con la cuota justa en el momento preciso durante el verano de la protección es fundamental para cuidar la piel.

Usar protector solar es clave para prevenir problemas como las quemaduras solares, el envejecimiento prematuro de la piel y, en casos más graves, el cáncer de piel. Según expertos dermatólogos, el uso diario de un fotoprotector con un Factor de Protección Solar (FPS) de al menos 30 reduce significativamente los efectos nocivos de la radiación ultravioleta (UV).

Evitar la exposición directa al sol entre las 10 a.m. y las 4 p.m., cuando la radiación es más intensa es lo recomendable para cuidar el cuerpo y disfrutar de la playa. Foto: Agencia Noticias Argentinas - @villageselltur.

Además de aplicar protector solar, los especialistas recomiendan lo siguiente para cuidar al órgano más grande del cuerpo humano, la piel.

  • Usar ropa clara, sombreros y lentes para sol.
  • Evitar la exposición directa al sol entre las 10 a.m. y las 4 p.m., cuando la radiación es más intensa.
  • Usar protector solar también los días nublados.
  • Aplicar el producto cada dos horas, especialmente después de nadar. Es fundamental para garantizar su efectividad.

Cuidados saludables

Proteger la piel no es solo una cuestión estética, sino de salud. Incorporar el uso de protector solar como un hábito diario puede marcar una diferencia significativa en la prevención de enfermedades cutáneas y en el mantenimiento de una piel sana a lo largo del tiempo. 

Cuidados que ayuda a prevenir el protector solar

  • Prevención de quemaduras solares.
  • Protege la piel de los efectos inmediatos de la radiación UVB, que causa enrojecimiento, inflamación y quemaduras dolorosas.
  • Reducción del riesgo de cáncer de piel.
  • Disminuye la probabilidad de desarrollar melanomas y otros tipos de cáncer cutáneo al limitar la exposición a los rayos UV, principales causantes de mutaciones celulares.
  • Protección contra el envejecimiento prematuro.
  • Ayuda a prevenir arrugas, manchas oscuras, pérdida de elasticidad y otros signos de envejecimiento causados por la radiación UVA.
  • Evitación de manchas y daño pigmentario.
  • Reduce la aparición de manchas solares, melasma y otras alteraciones en la pigmentación de la piel.
  • Cuidado de la barrera cutánea.
  • Minimiza la irritación y el daño acumulativo en la piel, manteniendo su estructura y función protectora natural.
  • Prevención de daño ocular.