Eric Torales, el joven que volvió de Estados Unidos, no cumplió la cuarentena estricta y contagió de Covid-19 a su abuelo, quién falleció, recibió una insólita condena.

El juez en lo Correccional N° 1 de Moreno, Mariano Almanza, resolvió que el chico entregue insumos al Hospital Zonal Mariano y Luciano de la Vega de Moreno por un valor de 100.000 pesos. Asimismo, deberá cumplir con una serie de pautas de conducta.

La causa se inició cuando el 13 de marzo de 2020 Torales regresó de un viaje de Estados Unidos. Antes de bajarse del avión completó la declaración jurada en el que indicaba que no tenía síntomas compatibles con el coronavirus.

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Además, asentaba que respetaría la cuarentena según lo indicado en el artículo 7 del DNU 260/2020 en el que se señala que las personas debían permanecer aisladas durante 14 días después de un viaje. 

Sin embargo eso no fue así. Al día siguiente el joven de 24 años asistió a la fiesta de 15 años de su prima en Moreno. Allí fueron 100 personas que tuvieron contacto estrecho con el viajante.

La felicidad cambió cuando se dio a conocer de que al día siguiente Torales fue hasta la clínica Adventista de Belgrano para hacerse un test ya que tenía síntomas.

En el registro se informó que el "paciente de 24 años quien refiere viaje reciente (EE.UU.) con retorno el día viernes 13 de marzo consulta por tos seca asociado a registros febriles (38º) de aproximadamente 24 horas de evolución”. 

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Lo que pasó después es que el estudio confirmó que tenía conoravirus y la situación se tornó dramática. En esa fiesta estuvo su abuelo de 78 años, Luis María Suárez, que el 1 de abril falleció.

Se anunció que el hombre también había sido positivo del virus junto con otras 19 personas que asistieron a la celebración. 

Ante este escenario todos los ojos recayeron en Torales y por este motivo en primera instancia fue imputado por homicidio culposo. Aun así, esta acusación generó varios debates ya que surgían incógnitas como ¿el que contagia por descuido o ignorancia es un asesino?.

Fue en mayo de 2020 cuando el juez federal Néstor Barral procesó al chico por violar el artículo 203 del Código que rige sobre la pandemia, con el agravante de la muerte de su abuelo y el contagio de los otros invitados.

Asimismo, en la resolución lo embargó por 50 millones de pesos y la causa pasó a la Justicia de instrucción de Morón.

A más de tres años del hecho, el caso tuvo un cierre. Torales llegó a juicio pero su abogada, Silvia Campione, logró suspenderlo luego de que él haya admitido su responsabilidad.

De esta manera, “deberá hacer entregar de insumos al citado hospital en cinco cuotas de 20.000 pesos, deberá fijar residencia, someterse al cuidado del Patronato de Liberados de la Delegación que corresponda a su domicilio, por el término de un año y comparecer toda vez que sea citado ante la autoridad que lo requiera con relación a esta causa”.

En el juicio el joven se negó a declarar y sólo se remitió a un escrito que fue presentado por su abogada donde explicó que había decidido ir a la fiesta porque tenía significado afectivo muy especial conforme las “costumbres argentinas” y porque constituía algo “único e irrepetible”.

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“Nunca, jamás, hubiese imaginado que podría resultar ser portador del virus, y menos podría decirse que tuve la menor intención de contagiar absolutamente a nadie y menos a personas que forman parte de mi entorno familiar”, afirmó 

Luego de una extensa investigación, el juez resolvió: “No hay dudas de que Torales se representó el resultado que finalmente ocurrió. Prueba de ello son las imágenes del imputado en el aeropuerto, el día que regresó del exterior, donde se lo observa con barbijo. Además, algunos de los testimonios recolectados en el expediente, explicaron que el día de la fiesta Torales los saludaba de lejos porque decía que había estado en el exterior. Dicha situación no alcanza para tener por probado el dolo, ya que este está compuesto no solo por el elemento cognitivo (conocimiento de los elementos del tipo objetivo), sino también por la voluntad (querer realizar el delito)”.