Esteban Alvarado, uno de los líderes del narcotráfico de Santa Fe, fue condenado a cinco años de prisión por ser autor penalmente responsable del delito de lavado de activos de origen ilícito, agravado por la habitualidad y como miembro de una asociación ilícita en la localidad de Rosario.

El Tribunal Oral en lo Criminal Federal N°2 de Rosario condenó este jueves a Alvarado y le impuso una multa de 62.202.000 pesos, al tiempo que ordenó el decomiso de ocho vehículos y de las acciones correspondientes a seis empresas de transporte que utilizó para perpetrar las maniobras.

Además, su expareja Rosa Capuano, acordó en juicio abreviado una condena a 3 años de prisión efectiva y el pago de igual monto en concepto de multa.

El veredicto fue dictado por la jueza Elena Beatriz Dilario y los jueces Eduardo Rodrigues da Cruz y Román Pablo Lanzón. Antes de darlo a conocer, el tribunal homologó el acuerdo de juicio abreviado entre la fiscalía y la defensa para que se imponga a la expareja de Alvarado, Rosa Capuano, la pena de tres años de prisión efectiva como partícipe secundaria de los mismos delitos.

Asimismo, los magistrados ordenaron el decomiso de las acciones de las empresas Logística Santino SRL, TOIA SRL, EDRA SRL, Sagrado Corazón de María SRL, Transporte Benegas y San Ignacio Automotores.

Según el ministerio público Fiscal, fundamentaron el pedido de condena con un repaso por la actividad ilícita puesta a consideración del tribunal por organizar el tráfico de los casi 500 kilogramos de marihuana secuestrados en General Roca. 

En tanto uno de los fiscales develó: “Se encontró una estructura económica y financiera formada por diversas empresas que, si bien no figuraban a su nombre, no quedan dudas de que el manejo de las mismas sí estaba a su exclusivo cargo”.

Por otro lado, Reynares Solari puso en evidencia “las inconsistencias” en el patrimonio de Alvarado respecto al flujo de dinero que manejaban las empresas.

Por último, mencionó: “Un gran holding vaso-comunicado a través de cuantiosa interrelación personal y recirculación de diversos activos y personas, que inyectaban oxigenación vital, alejando cualquier posible control estatal de origen de activos para la supervivencia de la asociación ilícita”.