Edgardo Giammaglichella fue condenado por el Tribunal Oral en lo Criminal N° 3 a 10 años de prisión por haber abusado sexualmente en reiteradas oportunidades de una nena cuando tenía entre 7 y 12 años de edad.

De manera unánime, los jueces Federico Wacker Schroder, Fabián Luis Riquert y Juan Manuel Sueyro encontraron culpable a Giammaglichella por el delito de “abuso sexual con acceso carnal mediando situación de convivencia preexistente con una niña”, la cual ocurrió en la ciudad de Mar del Plata entre los años 2008 y 2012.

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El fiscal interviniente en el caso, Alejandro Pellegrinelli, pidió la detención inmediata del acusado tras ser condenado para que quede alojado en la Unidad Penal 15 de Batán.

Entre los argumentos para justificar la detención inmediata del condenado, los jueces explicaron que, por el monto de la pena, existe un peligro de fuga. Además, consideraron que se trata de la manera más segura de proteger a la víctima.

En la audiencia quedó en evidencia que el acusado tiene la habilidad para usar identidades falsas en redes sociales, por lo que la víctima podría ser contactada y por supuesto, nuevamente encontrarse en peligro.

Convivir con tu enemigo

J.M.G. comenzó a ser abusada por la pareja de su mamá cuando tenía 7 años. Si bien la víctima no pudo especificar temporalmente cuándo ocurrió cada caso, logró explicar que la gravedad de los abusos iba en aumento, primero tocamientos, luego sexo oral y finalmente penetración.

Según indicó el diario marplatense La Capital, durante el debate “la víctima explicó que el condenado pasaba gran parte del día frente a la computadora y que, en una oportunidad, pudo ver en la pantalla su nombre y el de otras cinco chicas.

´Se trata de un juego´, le habría dicho Giammaglichella. No era otra cosa que un depravado “juego sexual’, en el que junto a otros hombres calificaban a las chicas dependiendo las prácticas sexuales que les realizaban”.

También le mostraba pornografía infantil. Si bien esto no pudo ser comprobado en el juicio, los peritos consideraron que el relato de la joven era auténtico.

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Las amenazas que dilataron la denuncia

Como suele ocurrir en los casos de abuso sexual infantil, el agresor había amenazado a la víctima para que guardara silencio diciendo que mataría a su madre si ella lo denunciaba.

Pasaron algunos años para que la víctima se animara a revelar a sus familiares algo de lo que había sufrido. En todos los casos escribía en un papel “Edgardo me violó” y luego, sin dar detalles, le pedía al confidente que rompiera el papel. La joven dijo que se sentía avergonzada e incluso intentó suicidarse en más de una ocasión.

En la sentencia, el juez Sueyro aseveró: “Como sucede casi siempre en los delitos de naturaleza sexual, se presentan dos versiones enfrentadas y al juzgador le toca identificar cuál es verdadera. Se trata de hechos que por lo general ocurren en la soledad de una habitación o cualquier otro sitio donde nadie pueda intervenir en auxilio de la víctima”.

“La actitud de la víctima en la audiencia de debate es convincente”, concluyó

En tanto, los tres jueces que determinaron la sentencia, aseguraron: “La joven padeció los ataques en los primeros años de su vida, sin importar que la denuncia y la declaración en esta causa la haya hecho cuando tenía más de dieciocho años. Entre tales indicadores de abuso sexual infantil, encontramos el miedo, el silencio y los intentos de suicidio”.