Caverna de las Brujas: el paisaje encantado de la Argentina para descubrir en Semana Santa
Está ubicada en un pintoresco cerro a 1.900 metros sobre el nivel del mar y tienen una curiosa historia.
En la Argentina hay un paisaje “encantado” que es ideal para visitar en Semana Santa: está ubicado en un pintoresco cerro a 1.900 metros sobre el nivel del mar y sobresale por sus formaciones rocosas que fueron erosionadas por el agua hace miles de años.
Se trata de la Caverna de las Brujas, que está ubicada 65 kilómetros al sur de Malargüe, en Mendoza, en la localidad de Bardas Blancas en una superficie que tiene 450 hectáreas y que fue declarada reserva en el año 1990.
Este pasaje mendocino está ubicado en el Cerro Monacal sobre antiguas rocas calcáreas de origen marino del período jurásico que fueron tapizadas con extrañas formas minerales como estalactitas, estalagmitas, columnas y coladas que conforman un extraño escenario de más de 3 mil metros de galerías.
Qué ver en la Cueva de las Brujas
- El Jardín de las Brujas
- La Gatera
- La Sala de la Virgen
- La Cámara de los Dioses
- La Sala de las Arenas
- La Sala de los Encuentros
Las leyendas de la Caverna de las Brujas
Según destaca el sitio oficial de la provincia de Mendoza existen algunas leyendas sobre esta caverna que fueron aportadas por los guías de turismo que las recorren y conocen de cerca el lugar.
La primera de las leyendas cuenta que los aborígenes solían usar la sala de la virgen para realizar ceremonias rituales en las que encendían fuegos y se veían en las paredes figuras fantasmagóricas. También se detalla que ingresaban a esta cueva mujeres con niños en brazos y que luego se escuchaban lamentos, llantos y extraños ruidos, además de que se veían luces destellantes conocidas como “luz mala” sin poder identificar su causa y origen. Este misterio provocó que los antiguos pobladores de la zona la catalogaran como “Cueva de las Brujas”.
Los lugareños de la localidad de Bardas Blancas también destacan que una de las tribus que dominaba la región había capturado a dos mujeres blancas a las cuáles les habían lastimado los pies para que no pudieran huir de las tolderías. Según los relatos, estas mujeres finalmente habrían logrado escapar de la tribu pero a partir de ese día los pobladores comenzaron a verlas con un aspecto andrajoso salir de la boca de la caverna a altas horas de la tarde y posteriormente ingresar de nuevo.