Los niños y adolescentes argentinos se van sumando silenciosamente al auge que tienen en el mundo las plataformas de juegos de azar online.

Según el informe Global Online Gambling Market, las apuestas recaudaron 65.316 millones de dólares en 2020 y proyectan cerca de 130 mil millones para 2027.

La adicción a los juegos en línea aumenta entre los adolescentes porque crecen los consumos diversos (alcohol, drogas, las pantallas, las redes sociales) y bajan las edades de inicio, que es a los 15 años, aunque especialistas en adicciones aseguran recibir consultas por chicos de 12 años.

Varios indicadores pueden ayudar a diferenciar si un adolescente ha hecho una apuesta ocasional o es adicto al juego online:

-Está irritado si no juega.
-Pide dinero a otras personas.
-Apuesta cuando se siente ansioso o deprimido.
-Cuando pierde dinero, vuelve para “recuperar”.
-Apuesta cada vez más dinero.
-Miente negando que juegue con frecuencia.
-Arriesga aspectos importante de su vida como amistades, estudios… por el juego.
-Intenta dejarlo pero es incapaz.

Según las estadísticas del Observatorio de Adicciones y Consumos Problemáticos, el 30% de la población mantiene algún tipo de vinculación con el juego, y dentro de ese porcentaje el 95% corresponde a personas que lo hacen recreativamente, 3,5% son jugadores problemáticos y 1,5% compulsivos.

La difusión del embrión de ludopatía digital se localiza en la escuela secundaria, donde se empíezan a visibilizar a los intermediarios, que son también alumnos, y se los conoce como "cajeros".

"Los adolescentes envían dinero a estos ´cajeros´, quienes a su vez lo destinan a los sitios de apuestas. A cambio, los ´cajeros´ reciben una comisión por sus servicios, lo que puede ser tentador para adolescentes que buscan ganar dinero fácil", afirma Monastersky.

Las “cajeras” y “cajeros”, como se hacen llamar, son las y los intermediarios entre los apostadores y las casas de apuestas, aunque los testimonios indican que prevalecen los varones.

En muchas ocasiones, los menores apuestan utilizando grupos de whatsapp en los que un joven mayor de edad recoge el dinero de los menores y hace las apuestas en los locales a pie de calle a cambio de un porcentaje de los beneficios.

Las redes sociales inducen al juego

Los influencers, la farándula y la prédica del juego en las redes sociales constituyen un motor importante de multiplicación.

En el artículo que firma en el sitio Ciberseguridad Latam, exhorta a la sociedad y las autoridades a asumir la responsabilidad de "abordar este problema de manera proactiva y tomar medidas para proteger a los menores de los peligros del juego en línea, la adicción tecnológica y la falta de educación financiera y concientización digital".

Señala que "la facilidad de acceso a plataformas de casino y apuestas en línea, junto con la falta de conciencia sobre los riesgos asociados, ha llevado a que un número significativo de niños y adolescentes estén involucrados en esta actividad".

Pone como ejemplo de la gravedad de la situación que "un adolescente admitió haber comprado un iPhone con las ganancias obtenidas como ´cajero´. Para muchos jóvenes -agrega-, la idea de tener su propio dinero, aunque sea producto de apuestas en línea, es irresistiblemente atractiva".

Sin embargo, esto le sugiere preguntas importantes sobre la formación de valores financieros y la percepción del trabajo y el esfuerzo necesario para ganar dinero de manera legítima.

En Argentina, no existe regulación que impida a los menores la participación en las apuestas online y, como la información está en manos de los propios operadores del juego, no se sabe exactamente la magnitud alcanzada.

Hay datos globales que indican que en el país unas 19 millones de personas juegan asiduamente, mientras que 7 de cada 100 pueden ser considerados adictos.

Un indicio al respecto lo aporta un estudio de Kantar Ibope Media, según el cual en Argentina, durante el 2022, el rubro Juegos de azar es el que más creció (281%) en inversión publicitaria multimedia.

Se ve claramente en el fútbol. En la camiseta de River Plate está Codere; en las de Vélez y Estudiantes de La Plata, el auspiciante es Bplay; mientras que la selección nacional se aseguró el auspicio de Betwarrior.

La sueca Betsson luce en el pecho de las camisetas de Boca y Racing; City Center aparece en las de Newell’s Old Boys y Rosario Central.

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La tendencia en América latina es que el mercado de los juegos de azar online crecerá un 18% en los próximos seis años, según la consultora internacional Research and Markets.

En Gran Bretaña, 30 mil niños de hasta 11 años son ludópatas. En España, el 10,3% de los adolescentes apuesta. niños y los adolescentes que participan de manera activa en sitios de apuestas online, sobre todo vinculados a deportes.

Monastersky enfatiza: "Algunos jóvenes utilizan sus ganancias no solo para comprar productos perjudiciales para su salud, como el alcohol, sino también para fomentar prácticas de consumo irresponsables".

Y enumera como acciones claves a adoptar:

- Educación y concientización: Es fundamental que las escuelas y los padres eduquen a los niños sobre los riesgos de las apuestas en línea, la importancia de tomar decisiones financieras informadas y la concientización digital.
- Regulación más estricta: Las autoridades deben aumentar la regulación en la industria de las apuestas en línea, implementando medidas más estrictas para verificar la edad de los usuarios y prevenir el acceso de menores.
- Apoyo psicológico: Se deben proporcionar recursos y servicios de apoyo psicológico para aquellos adolescentes que puedan estar luchando contra la adicción al juego.